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San Vicente del Raspeig

La construcción se reactiva y 2016 se cierra con 65 licencias de obra nueva

Urbanismo apuesta por subdividir los planes parciales para promover el desarrollo de suelo industrial. El municipio ha pasado de las 1.944 construcciones de 2004 a una decena en 2015

El solar de la nueva promoción para 52 viviendas a la entrada de San Vicente. información

San Vicente del Raspeig ha iniciado una tímida reactivación del sector de la construcción tras la debacle de los últimos años en los que llegaron a concederse apenas 8 licencias. Fue en 2013. El sector empieza a despertar y ejemplo de ello son las cada vez más numerosas peticiones de licencias de obra mayor para construir, y es significativo que no sean únicamente viviendas, sino que también arranca en el capítulo industrial.

El Consistorio acaba de dar licencia a una promotora que construirá un edificio residencial de siete alturas y de 52 viviendas que contará además con piscina y zonas deportivas entre las calles Cuba y Argentina, a la entrada de San Vicente. Así acabará el 2016 en materia constructiva.

Junto a estas licencias nuevas, el Consistorio también ha reactivado otras dos licencias de obra nueva que habían quedado paralizadas desde el año 2006, en plena crisis. La concejal de Urbanismo, Mariló Jordá, destaca que en este caso los promotores nunca desistieron de construir y dejaron latente la licencia hasta que han considerado que ahora es un buen momento.

Durante este tiempo, «el mercado ha estado absorbiendo parte del stock, no ha habido vivienda nueva», advierte la concejal, «no hay nuevas promociones porque la vivienda nueva es más cara que el pasivo inmobiliario que tienen los bancos», añadía. Las dos promociones que se activan se encuentran además en calles céntricas de San Vicente, en la calle Ancha de Castelar y en la calle La Huerta.

Descenso del 80%

San Vicente del Raspeig vivió unos años de auge del ladrillo. Del año 2000 y hasta 2007 se multiplicaron las promociones. En 2000 se concedieron 1.042 licencias; un año después fueron 740; en 2002 fueron 744 y el salto se produjo en 2003 con 1.085; que se disparó hasta las 1.944 licencias de 2004; un año después el Ayuntamiento dio otras 1.425; y 940 en 2006. El 2007 ya fue el último en el que las licencias se contaban por centenares, el año se cerró con 645 licencias. El mayor descenso interanual se produjo en 2008 con un 80,78%, pasando a 124 licencias; el 2011 fue dramático con 11 licencias; y un año después fueron 10.

Y llegó 2013 en el que no sólo no se concedieron licencias sino que se produjeron ocho renuncias a la licencia ya concedida para la ejecución de viviendas. En 2014 el Ayuntamiento concedió un total de 11; fueron una decena en 2015 hasta llegar a las 65 con las que se cierra este año.

La edil de Urbanismo percibe en estos datos «una incipiente mejoría», aunque advierte de que el modelo anterior no volverá a repetirse.

La Concejalía de Urbanismo destaca que el periodo de mayor crecimiento, de 2003 a 2005 no se corresponde sin embargo con un crecimiento demográfico singular y deduce que «parte del exceso del parque residencial se ha destinado a segunda residencia o a inversiones inmobiliarias».

Jordá apunta además que actualmente el mercado inmobiliario no va a desarrollarse en las proporciones de los años de mayor actividad; y donde su área va a poner empeño es en el desarrollo del suelo industrial. Y para ello apunta que se están ofreciendo facilidades y cambiando el modelo y el concepto. Jordá explica que al municipio le interesa actualmente que las empresas conozcan San Vicente y su buena ubicación «cerca de la autovía, del aeropuerto, del puerto, del ferrocarril». Jordá considera que el municipio tiene todos los ingredientes para que las empresas apuesten por instalarse, ya que ello supone a la vez creación de empleo. Jordá resume su plan: se trata de reducir los planes parciales y subdividirlos en unidades de ejecución. «El empresario que quiera instalarse sólo tendrá que urbanizar su parcela, acometerá la parte que le toca exclusivamente y será suelo cerca de otras zonas desarrolladas» todo ello para generar zonas compactas y no diseminadas.

Este mes la Concejalía de Urbanismo también ha concedido tres licencias de obra para naves industriales, dos de ellas son para ampliar las ya existentes, en el polígono de Canastell, mientras que ha concedido otra de nueva construcción en el polígono Torregroses.

El 2016 acaba con un resultado positivo para el Ayuntamiento que interpreta estos datos como una mejoría y confía que también, un nuevo rumbo.

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