La planta de basuras de Xixona por fin normaliza su funcionamiento, al menos en lo que respecta a la cantidad de basuras que llegan a las instalaciones de Piedra Negra. El pasado año, por segundo ejercicio consecutivo, no superó el límite máximo fijado de basuras que puede asumir, y sus cifras reflejan ya cuatro años seguidos bajando. Eso sí, las molestias por malos olores no se han resuelto y persisten en la zona, como se ha podido comprobar este verano.
El complejo recibió 151.419,02 toneladas en 2015, cuando en el ejercicio anterior entraron 156.933,15, según los datos facilitados a este medio por la Conselleria de Medio Ambiente y Cambio Climático.
La rebaja es del 3,5%, y dado el ritmo que se lleva este año también va a permitir que las basuras se sitúen por debajo del límite fijado en 2011 por la Autorización Ambiental Integrada (AAI), 173.000 toneladas. Como debería de ser, aunque desde su puesta en marcha en 2003 ha recibido muchas más basuras de lo previsto -casi 300.000 toneladas en un solo año, 2007-, y lo cierto es que desde que se estableció este tope, se ha vulnerado en tres ocasiones el límite (2011, 2012 y 2013).
Eso sí, entre 2011 y 2013 la Conselleria de Medio Ambiente no consideraba que se quebrantara a AAI, escudándose en un juego de números, ya que la Generalitat no contabilizaba en ese límite la basura que iba directamente al vertedero sin pasar por la planta, denominada rechazo, pese a que contribuía a reducir aún más la vida útil de las instalaciones.
La sobreexplotación de las instalaciones había llevado a que se estimara en 2013 que, de seguir el ritmo que presentaba, su vida útil se iba a acortar a la mitad, es decir que el vertedero quedaría colmatado en torno a 2018 cuando estaba diseñado para funcionar hasta 2033 (30 años de vida útil). La reducción en las basuras que llegan en los últimos años ha hecho que se haya alargado un poco más la vida útil de la cuarta y última celda prevista en el complejo, que entró en funcionamiento en 2015 y puede dar servicio unos cinco o seis años, dependiendo del grado de eficiencia de las instalaciones.
Nuevas celdas
Desde la Conselleria de Medio Ambiente explicaron a este medio que la capacidad de esta cuarta celda «es suficiente hasta la puesta en marcha del proyecto de gestión de desarrollo de previsiones del plan zonal. Y para las nuevas celdas previstas en el proyecto inicial se tramitará entonces la correspondiente AAI, dado que se dispone de terrenos en la zona para su posible ampliación, una vez mejorada y modernizada la planta de tratamiento».
Para ello hay previstas una serie de inversiones en el complejo, condición indispensable para el Ayuntamiento antes de poder permitir nuevas celdas. Hay que recordar que Piedra Negra dispone de terrenos para esta ampliación, ya que su parcela ocupa 800.000 metros cuadrados, de los que están ocupados actualmente 125.000.
Con las cifras de los dos últimos años Piedra Negra recobra la normalidad tras unos ejercicios en los que se vio desbordada por la llegada de residuos de Valencia, Castellón, Elche, las Marinas o la Vega Baja. Esta situación disparó los malos olores, al asumir las instalaciones en ocasiones más basuras ajenas que de su propia zona, que abarca parte de l'Alacantí, El Comtat, l'Alcoià y la Foia de Castalla.
Las causas de la bajada en la entrada de basura están en la presión municipal para que no se desborde el complejo y en que la Generalitat esté distribuyendo más entre todas las plantas los residuos de otras zonas con deficiencias en cuanto a infraestructuras de tratamiento.
