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Nueve familias de La Torre cumplen una semana sin llevar a sus hijos al instituto

Los afectados reclaman una solución a la supresión del transporte escolar

Nueve familias de La Torre cumplen una semana sin llevar a sus hijos al instituto

Ya ha pasado una semana desde que el pasado jueves ocho de septiembre comenzara el curso escolar en Alicante. Una semana en la que los alumnos de Secundaria de La Torre de les Maçanes que acuden al instituto de Xixona no han pisado las clases. Y es que, las ocho familias afectadas por la supresión del autobús escolar entre estos dos municipios han plantado cara a la Conselleria, con la que mantienen un pulso para conseguir alguna solución al problema del transporte.

Los padres de los estudiantes continúan reclamando lo que consideran un derecho y para ello han mandado una serie de escritos a la Conselleria de Educación, a la inspectora de zona y a la directora del IES Xixona, en los que comunican la ausencia prolongada de los alumnos y la necesidad de mantener una reunión para alcanzar un acuerdo que parece no llegar.

Las nueve familias aseguran haber recibido amenazas de denuncia por parte de la inspectora por no llevar a los escolares a las aulas. Sin embargo, los afectados afirman que han solicitado al instituto que se les comunique el trabajo diario que se realiza en cada asignatura para que lo puedan hacer en casa. «No estamos cayendo en una dejación de funciones», declaró Inmaculada Puig, una de las madres de La Torre.

Los afectados por la supresión del transporte escolar ven muy complicado que la Conselleria restablezca el servicio, por lo que ahora centran su objetivo en conseguir que el centro abra sus puertas media hora antes y las cierre a las 15.00 horas. Y es que, el autobús de línea que se ha habilitado para llevar a los alumnos llega a las 7.30 horas a Xixona y regresa a las 15.00 horas, 50 minutos después de que los alumnos de primero y segundo de ESO terminen su jornada lectiva.

Por otra parte, los padres descartan la opción de contratar un minibús, ya que tiene un coste de 185 euros al día. «Con la subvención de 600 euros que nos da la Conselleria no nos da ni para pagar tres meses de transporte», explicó Inmaculada Puig. «Se están cargando la educación rural. Hay una familia con dos hijos que se va a marchar del pueblo si no nos dan una solución», añadió.

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