La tradición en su máxima expresión. El día grande de las fiestas de les Danses del Rei Moro de AgostDanses del Rei Moro de Agost, en el que los reyes de la media luna presiden las rondas de baile, congregó a decenas de personas en la plaza de España. Mayores, adultos y pequeños no quisieron perderse una de las costumbres más antiguas de la localidad, en la que la música de dolçaina y tabalet es más protagonista que nunca.

La traca, que se disparó pasadas las 17.30 horas, anunció la esperada llegada de la Reina, María Elena Benítez Díaz, y del Rey Moro, David Navalón Cirujeda. Los máximos representantes de estas fiestas entraron a la plaza de España en sendos camellos ataviados en imponentes trajes dorados. El público, reunido a los pies del Ayuntamiento, no tardó en ovacionar a sus reyes, quienes devolvieron el favor con enormes sonrisas en cada una de las rondas que realizaron alrededor de la plaza.

Minutos después, llegó la hora de la danza, el único momento en todas las fiestas que los máximos cargos bailan con los vecinos de Agost. Primero fue el turno de los reyes acompañados de los diez danceros y sus respectivas bailadoras. En este momento, otra de las grandes tradiciones de las fiestas no tardó en aparecer. Así, sobre las cabezas de la Reina y bailadoras se fueron depositando los caramelos que, tras caer al suelo con el movimiento del baile, los niños corrieron a recoger instantes después. Cumplido su compromiso, los diez danceros se retiraron para dar paso al público que tomó el relevo en esta tercera jornada de fiesta.

Este año, el frío se dejó sentir menos en la localidad que ya espera ansiosa la llegada del próximo viernes, donde tendrá lugar el acto de «subida a por las naranjas». Así, los jóvenes demostrarán su valía al trepar por los balcones para bajar las naranjas, un acto por el que además adquieren el compromiso de participar en las Danses del Rei Moro el próximo año.

Hoy y mañana también tendrá lugar la dansa a partir de las 17.30 horas en la plaza de España. El domingo, por otro lado, será el turno de los más pequeños, que celebrarán sus propios bailes.