La noche y el día. Es la diferencia que han notado los vecinos de la Asociación de Afectados por el Vertedero de Les Canyades de El Campello tras la reunión de ayer en el Ayuntamiento con el nuevo equipo de gobierno. Los afectados habían solicitado un encuentro en el que estuvo el equipo de gobierno y también los grupos de oposición. El primer encuentro ha sido «una diferencia muy grande respecto a lo que pasaba antes, te escuchan y están intentando ver cómo solucionar el problema», cuenta la representante de la asociación, Nieves Rodríguez, quien ha visto mucha receptividad en el equipo de gobierno y confía en que, además de buenas palabras, haya hecho que lo corroboren.

Denuncia que los vecinos viven en una situación desesperada y cuenta como «a las tres menos cuarto de la madrugada (del miércoles) me ha despertado el mal olor. Y a las nueve de la mañana mi casa olía a vertedero», lamenta.

El Ayuntamiento ha escuchado las reivindicaciones vecinales y se ha puesto de su lado. Ha emplazado a los vecinos a una nueva reunión el próximo 19 de octubre y adelanta que va a encargar a la Universidad de Alicante un estudio olfatométrico para medir los malos olores y valorar el grado de molestia que causa la planta de residuos.

Los vecinos han pedido que en este estudio participe el doctor en Química José Cid quien ha elaborado anteriormente un estudio similar por los malos olores del vertedero que los vecinos denuncian desde hace seis años.

Otra de las reivindicaciones planteadas por los vecinos al consistorio es hacer una ordenanza de olores y que se forme a la Policía Local para poder utilizar el medidor que ya están usando en Villena, según explica Elisabeth Tesch, la abogada que junto a Santiago Rodríguez, lleva todas las reclamaciones de la Asociación de Afectados por el Vertedero. «Allí funciona desde hace dos años y en Villena tienen dos vertederos», puntualiza Tesch.

«Que se controle al máximo»

Entre las reivindicaciones se encuentra la puesta en marcha de un teléfono verde gratuito para que los vecinos puedan presentar sus denuncias cuando tengan problemas con los malos olores. Y sobre todo, exigen «que se controle al máximo».