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San Vicente del Raspieg

Lecciones para salvar vidas desde un arnés

Un simulacro de rescate enseña reaccionar de la mejor forma ante un accidente laboral

Lecciones para salvar vidas desde un arnés

Un mal paso, la rotura de un elemento o cualquier fallo inesperado puede provocar un accidente laboral de alto riesgo en el gremio de los trabajos verticales. Por ello, más de una veintena de profesionales del sector participaron ayer en un simulacro de rescate llevado a cabo en el interior de una nave del polígono Canastell, en San Vicente del Raspeig. Un bombero, dos asistentes de la Cruz Roja y un experto del área ofrecieron valiosas lecciones que pueden evitar desgracias cuando sus vidas cuelgan de un arnés.

Mantener la calma y actuar con rapidez son las claves para garantizar una correcta maniobra de rescate. Eso sí, nunca hay que olvidar cumplir con las procedimientos de seguridad que ayer explicaron los encargados de impartir el curso.

Desde el cuerpo de bomberos hicieron especial hincapié en cómo colocar y trasladar a la víctima tras un mal golpe. De la longitud de la caída y su gravedad dependerá el procedimiento a seguir. Aunque siempre hay que atar al herido a la camilla «con los brazos por fuera» para después elevarlo sin riesgo de una nueva caída y permitir su movilidad, en caso de que no esté inconsciente.

El cambio de transición de horizontal a vertical para subir a la víctima es una de las situaciones más «complicadas», señaló el instructor, por ello hay que hacerlo siguiendo paso a paso el protocolo de seguridad. También es determinante el momento de alzar al herido. «Camilla en carga» es la consigna con la que el trabajador accidentado sabrá que va a ser elevado.

Una vez completada la subida, el herido será portado a través de la tirolina a tierra firme. Es entonces cuando, si la víctima está consciente, hay que tranquilizarla lo máximo posible, según explicaron los técnicos de la Cruz Roja, no sin antes comprobar las posibles fracturas, así como si expulsa un «líquido transparente» de los oídos. Se trataría del líquido cefalorraquídeo y sería el síntoma de una fractura craneal.

Los profesionales en trabajos verticales reciben una vez al año este tipo de formaciones para evitar, en la medida de lo posible, los riegos que acompañan a esta vertiginosa opción laboral.

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