Bonnysa culminó ayer el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) al trasladar a la Comisión de Seguimiento en Madrid los nombres de los despedidos. De los 49 trabajadores afectados por la extinción del contrato hay 11 que se presentaron voluntarios en el plazo que acabó el pasado 15 de julio, y la empresa tenía de plazo hasta hoy para completar el resto hasta los 49 despedidos, la mitad de lo inicialmente previsto, según explicó el secretario de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios (Fitag) de UGT en Alicante, Joaquín Gil.
En cuanto a los trabajadores afectados por la suspensión temporal de empleo dentro de este ERE, son un centenar las personas que se han incluido en el mismo, con paralizaciones de sus contratos que van de tres a seis meses, dependiendo de los casos.
Ahora la tomatera radicada en Mutxamel y su entorno tiene cuatro meses para ejecutar esos despidos, que incluyen antes la opción de buscar recolocaciones.
Desde UGT señalaron que van a seguir velando por que se cumplan las condiciones acordadas con la empresa, para lo que está esta comisión de seguimiento.
Tal y como ya informó este medio, el grupo agroalimentario llegó hace unas semanas a un acuerdo con los sindicatos para limitar los despidos a la mitad y para que las suspensiones temporales no pasaran de seis meses. Este ERE planteado por Bonnysa, con 3.000 empleados entre Alicante, Murcia, Almería y Tenerife, está motivado por la necesidad de adaptar su plantilla a un nuevo modelo de negocio, tras la decisión de romper su contrato como interproveedor con Mercadona a finales de 2013 para centrarse más en la exportación.
