Marcha atrás y revocación del acuerdo. Al alcalde de Sant Joan, Manuel Aracil, no le ha quedado más remedio que abandonar la rocambolesca operación para implantar la Universidad Católica de San Antonio de Murcia (UCAM), valorada en 4,5 millones de euros, para salvar la estabilidad económica del municipio que dirige. Así, el regidor renuncia al que ha sido el proyecto estrella de su legislatura y, según anunció en el pleno celebrado esta misma semana, será la UCAM la que despache directamente con la Generalitat para cerrar la llegada del centro universitario al municipio.
Las múltiples trabas a las que se ha tenido que enfrentar el proceso de llegada del campus católico a Sant Joan han forzado a Aracil a cambiar el paso y dejar de lado el que fuera su principal objetivo durante los últimos tiempos. Hay que recordar que el mayor de los obstáculos, de hecho, fue impuesto por el Consell, administración que pasaría, ahora, a gestionar los trámites de llegada de la universidad con la entidad religiosa.
La negativa, por parte de la Generalitat, de aprobar una Ley de Reconocimiento en las Cortes para permitir el aterrizaje de la UCAM en la localidad ha sido la última batalla que el equipo de gobierno popular libró y que, finalmente, perdió al aceptar que el centro católico se emplazara en Sant Joan como una extensión adscrita a la oficial, ubicada en Murcia.
Ni por esas, el alcalde se dio por vencido. Entonces, anunció cambios en el convenio. Fraccionar el pago fue su respuesta ante el inminente desembolso que las arcas locales deberían soportar por la escritura de compra-venta que rubricó con el Consell, a principios de 2013, a través de la cual adquirió la residencia de Tiempo Libre, por 4,5 millones de euros, para cederla después al ente católico. En marzo debía abonar la cantidad íntegra. Un gasto que ha mantenido bloqueados las cuentas de Sant Joan para 2015, al desbaratar el equilibrio económico de la localidad, tal y como ya adelantó este diario.
Por tanto, el último anuncio del alcalde permitiría al municipio cerrar las cuentas para el próximo ejercicio y librarse de la mochila económica de la UCAM. «La Generalitat será la que transfiera Tiempo Libre a la fundación religiosa», admitió ayer Aracil a preguntas de este diario.
«Nosotros devolvemos el bien y ellos nos eximen del pago de la deuda», recalcó el primer edil a la vez que justificó que la operación no ha podido cuajar de la manera prevista porque «existe una Ley que prohíbe refinanciar la deuda entre administraciones», zanjó.
Anuncio confirmado
Cabe destacar que fuentes del ente católico presidido por José Luis Mendoza confirmaron el anuncio de Aracil aunque no adelantaron más detalles sobre el tema. Por contra, desde Conselleria de Educación no se pronunciaron al respecto. Con todo, el primer edil santjoaner aseguró que «se está trabajando» para que «las obras para la futura instalación universitaria arranquen antes de que concluya el año».
Incredulidad
La noticia no ha terminado de cuajar entre las filas socialistas. Así, el edil Santiago Escudero lamentó que el alcalde no avanzara más datos sobre la operación.
«Todavía tenemos dudas. El acuerdo de compra-venta que hay que saldar en marzo del próximo año sigue vigente. No existe un papel oficial que lo anule», apuntó el concejal. Por su parte, el portavoz del PSOE, Baltasar Ortiz, recalcó que el anuncio de Aracil simboliza el «fracaso» de su gestión en el asunto.
«Al final anulará la adquisición, tal y como le venimos solicitando desde la oposición», señaló el regidor.
Por su parte, el portavoz del PP, Santiago Román, se limitó a recalcar que la «compra directa del inmueble por la UCAM eximirá al Ayuntamiento del pago de 4,5 millones, por tanto, las arcas locales no sufrirán dicha adquisición».
