Todo en el aire. El proceso de implantación de la Universidad Católica de Alicante (UCA) en Sant Joan no termina de cuajar. Y el tiempo pasa. En menos de un año, el ayuntamiento santjoaner necesita tener sobre la mesa un documento firmado por la Generalitat en el que se exonere al consistorio del pago de 4,5 millones por la compra de la Residencia de Tiempo Libre al Consell. Un tramite indispensable para que el proyecto avance y que, según anunció el equipo de gobierno popular, iba a zanjarse antes de cerrar el ejercicio de 2013. Sin embargo, de momento, no tiene visos de llegar al final. La indisposición de uno de los técnicos encargados de elaborar el convenio fue la excusa que el alcalde accidental del municipio, Victor García Berenguer, lanzó para justificarse ante la oposición en el pleno de aprobación de los presupuestos del pasado lunes.

El equipo de gobierno volvió a cubrir el expediente en lo relativo a la condenación de la deuda y aseguró que en el plazo de dos meses la Generalitat habrá firmado. Algo que ya anunció hace más de medio año y que, sin embargo, no ha ocurrido. Si el asunto no se resuelve antes de octubre del presente ejercicio -momento en el que debe elaborarse el anteproyecto de los presupuestos- el PP deberá incluir entre las cuentas de 2015 el pago de esta adquisición. Un gasto que reventaría la estabilidad presupuestaria municipal, tal y como ya señaló la interventora en un informe. El volumen de esta deuda representa el 25% del presupuesto total, que en 2014 asciende a 17 millones de euros.

La Fundación de San Antonio, responsable de la creación de la Universidad Católica en Sant Joan, exige como paso previo a la firma del convenio con el ayuntamiento que la deuda que pesa sobre la Residencia de Tiempo Libre esté saldada. En dicho acuerdo, el consistorio le cede la infraestructura de manera gratuita a cambio de que inviertan cuatro millones de euros destinados a reformar los institutos públicos del municipio. Pero, de momento, ni el pacto está sellado ni la UCA ha ingresado un solo euro pese a que, en un inicio, estaba previsto que tras la colocación de la primera piedra -acto celebrado en mayo- se recibiera una parte de los cuatro millones prometidos.

La falta de determinación de la Universidad Católica a la hora de cumplir con su parte del trato podría sembrar dudas en el Consell. De hecho, mientras que los trámites de la UCA están estancados los procedimientos para crear la universidad privada Mare Nostrum en El Campello -que se iniciaron más tarde- ya le han tomado la delantera.