FCC, la empresa que gestiona la planta de residuos sólidos urbanos de El Campello, se ha mostrado dispuesta a colaborar y permitirá el acceso total a sus instalaciones, según afirmó ayer a este diario el director, David Acosta.

La entrada al vertedero por parte de profesionales es fundamental para controlar y atajar los malos olores, según el informe que ha elaborado el Laboratorio de Contaminación Atmosférica de la Universidad Miguel Hernández y que se presentó el martes.

"No creo que haya ningún problema para acceder a la planta, no lo ha habido nunca", aseguró el responsable de la planta. Acosta recordó, no obstante, que es el Consorcio de Residuos de la Zona XV el titular de las instalaciones y quien deberá decidir, por tanto, sobre esta cuestión.

Respecto a una de las conclusiones del informe de la UMH, que dice que las operaciones de compostaje (procedimiento por el que los residuos orgánicos se convierten en abono) son las que mayor grado de probabilidad están relacionadas con los malos olores, por lo que pide una suspensión temporal para comprobarlo, Acosta no se quiso extender. "Se trata de afirmaciones de manual, desconozco en qué se basa para concluir eso".

Como informó ayer este diario, el Ayuntamiento de El Campello va a remitir las conclusiones del informe a la Conselleria de Sanidad, el Consorcio, la Diputación y la propia planta para que tomen las medidas pertinentes y promuevan que técnicos cualificados accedan a las instalaciones.

Según el informe, debe haber captadores de aire que operen sistemáticamente durante al menos dos años. Además, con la colaboración de la empresa se debe conocer con detalle todas las operaciones que se realizan dentro, incluso se deberían programar a priori, ciertas operaciones para poder tener una mayor profundidad en el estudio.

Identificación

El informe también considera que el protocolo policial se debe optimizar frente a las denuncias de olores, con el fin de eliminar pasos innecesarios y, como consecuencias, hacerlo más rápido, útil y eficaz. Hasta ahora, la policía identifica al vecino que llama para denunciar los malos olores, localiza el lugar exacto y la hora en la que se perciben.

Además, el informe propone que los agentes incluyan el posible desarrollo de alguna actividad no habitual en la zona. Es decir, deberían recabar si se ha producido alguna actividad que puede ser fuente de olores, como por ejemplo vehículos detenidos y con el motor encendido, aumento significativo del tráfico, vehículos de recogida de basura y todas aquellas que suponga una posible transgresión de las autorizaciones sobre actividades habituales de la zona.