El casco urbano de Xixona empieza ya a ofrecer una visión inédita en prácticamente un siglo. La cubierta y las fachadas -salvo la que da a la calle La Torre de les Maçanes- de la antigua fábrica de El Almendro han desaparecido y la demolición ha entrado en su recta final. Es cuestión de días que pase definitivamente a la historia una empresa fundada en 1883, cuya fábrica se construyó en 1921 y cuya producción se fue de forma definitiva a Sonseca (Toledo) en 2006. Su enorme factoría era un icono claramente visible al entrar al centro urbano desde Alicante o al circular por la variante. Ahora sólo quedan poco más que escombros.

Después de la compleja retirada de la cubierta, que retrasó los trabajos por la aparición de amianto -un elemento nocivo que requiere un desmantelamiento especial-, las obras se han acelerado y ya queda poco de esta emblemática fábrica donde llegaron a trabajar 800 personas en una sola temporada. Tras la demolición habrá que retirar los escombros y vallar la zona.

Hay que recordar que fue el Ayuntamiento de Xixona el que instó a la promotora que se quedó con la propiedad de la parcela, de 17.000 m2, a proceder a su demolición por motivos de seguridad, ya que se trataba de una enorme fábrica en la que se entraba la gente a pesar del peligro que suponía por su situación de abandono.

La mercantil tenía licencia de demolición desde hacía casi cinco años y aunque por el momento no se plantea a corto plazo levantar los edificios de viviendas que proyecta en esta privilegiada parcela, accedió a la petición del Consistorio e inició el derribo el pasado mes de septiembre, cuando Xixona empezó a despedirse de un símbolo del sector del turrón.