Se acabaron las urbanizaciones y zonas residenciales diseminadas a lo largo de un extenso término (cerca de 50 kilómetros cuadrados) cuyos servicios básicos resulta tan difícil de mantener a las arcas municipales. Mutxamel debe cambiar el paso y apostar por un modelo de ciudad compacta y ordenada con el que se optimicen los recursos. Esta es la principal recomendación que hace la Conselleria de Territorio al gobierno local tras una primera revisión del documento previo del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que el Ayuntamiento mutxamelero envió a Valencia hace unos meses y cuyas principales líneas de actuación son: la reclasificación de un millón de metros cuadrados de suelo industrial junto a Riodel, otros 400.000 metros cuadrados de suelo terciario junto al camino Cantalar y la autovía y 500.000 metros de zona verde y dotacional en la parte oeste del municipio.

"Hemos crecido de fuera hacia adentro y lo que tenemos que hacer, a partir de ahora, es lo contrario", explicó ayer el concejal de Urbanismo, José Antonio Bermejo. Bien es cierto que en lo que respecta a suelo residencial, el documento, que ahora se va a revisar recogía escasas actuaciones. Solamente se incluyen los planes urbanísticos que ya estaban aprobados, gracias a las normas subsidiarias por las que se ha regido el municipio en los últimos años, tanto en el casco urbano (donde se podrían construir otras 9.000 viviendas) como en las urbanizaciones (otras 4.000). El equipo redactor del plan general y la anterior Corporación municipal -el documento se aprobó con el apoyo de todos los grupos- consideraron que el margen que daban estos planes era suficiente para absorber las necesidades de la población a corto y medio plazo y no era necesario recalificar más terreno. También es verdad que la recta final de la redacción de este documento ha coincidido con el estallido de la burbuja inmobiliaria y el parón en seco de la construcción, lo que ha permitido trabajar sobre unas expectativas de crecimiento más reales.

El actual equipo de gobierno del PP pretende que el plan general del municipio se apruebe durante esta legislatura. El trabajo que queda por hacer es importante, razón por la que el alcalde, Sebastián Cañadas, y el concejal de Urbanismo acaban de mantener una reunión con la subsecretaria de Territorio, Arantxa Muñoz, en la que acordaron que en dos semanas se iniciarán los trabajos entre técnicos de la conselleria y del Consistorio para coordinar el documento final y acortar los tiempos del proceso. El documento, que incluirá las alegaciones aprobadas, se volverá a exponer al público.