Otilia Fernández es una de las primeras vecinas de la urbanización Valle del Sol de Mutxamel que considera "casi un milagro" que el pasado lunes por la tarde pudiera disfrutar, en su casa, de una ducha con agua potable y de una sensación de limpieza a la que no estaba acostumbrada. Para cocinar con ella o poder beberla, ella y su familia aún tendrán que esperar una semana hasta que se limpien las tuberías que durante varias décadas sólo han distribuido agua no apta para el consumo. Un tiempo que les parece nimio si se tiene en cuenta que han transcurrido 18 años desde que ésta gallega adquirió junto a su marido, de nacionalidad suiza, una vivienda en el complejo y, un mes más tarde, les advirtieron que el agua que salía por los grifos no era potable y tampoco existía alcantarillado. Desde entonces, llevan luchando y reclamando un servicio básico junto a los más de 300 vecinos que residen en los chalets de esta urbanización que se levanta entre los términos de Mutxamel y Alicante.

Al enganche a la red de agua potable que Aquagest ya ha realizado en la vivienda de Otilia Fernández le seguirán los del resto de casas, según vayan solicitando el contador, un proceso que durará unos 20 días.

Más de un millón de euros, a cargo de los fondos del Plan Confianza de la Generalitat, han costado estas obras de canalización que parten del depósito de El Salt hasta la zona 4c de la urbanización, a través de una tubería de impulsión. Comenzaron a principios de año y han finalizado antes de lo previsto, para satisfacción de la alcaldesa, Asunción Llorens, que ayer mismo pudo comprobar como el agua está llegando con normalidad a las primeras viviendas y pudo probarla. "Nos comprometimos a llevar el agua potable y así se ha hecho. Ahora hay que trabajar para que los vecinos puedan tener alumbrado y alcantarillado".

Por la tarde, los vecinos tuvieron una reunión con la alcaldesa en la que se les informó del cambio de tarifa que pagarán por el agua que reciben. "Ahora, vamos a pagar la tarifa que se paga en el resto del municipio, más barata que la que abonábamos hasta ahora por agua no potable", explicó Otilia Fernández tras asegurar que "parece mentira que en el primer mundo, en un país industrializado, todavía puedan pasar estas cosas". Pese a la espera, Otilia agradeció a "Suni" - la alcaldesa- su implicación en este proyecto sufragado gracias a la Generalitat "porque los vecinos no lo hubiéramos podido costear. Nosotros solo pagamos el enganche", subrayó visiblemente satisfecha.