Vecinos de la zona del Camí Font de Sala, en San Vicente del Raspeig, están hartos por la cantidad de robos que se han registrado en sus viviendas en los últimos meses. Tal es el enfado e impotencia que sienten los afectados, ante lo que ellos consideran escasas medidas de seguridad que imponen Policía y Guardia Civil, que han presentado una queja en el Ayuntamiento sanvicentero en la que reclaman que se aumente la vigilancia en los alrededores.

Los vecinos se sienten desprotegidos y afirman que nadie pone soluciones al problema al que se están enfrentando: tres o cuatro robos diarios, a cualquier hora en fincas de alrededor del Rodalet.

Manifiestan que no reciben soluciones a la problemática que viven mientras se enfrentan a una realidad, afrontar su día a día con el temor, la impotencia y la angustia de saber que en algún momento pueden entrar a robarles, incluso cuando se encuentra la familia dentro.

Los afectados por la inseguridad recuerdan que la partida del Rodalet, muy cercana a sus viviendas, se caracteriza por ser un lugar conflictivo debido al trapicheo de drogas, por lo que la mayoría de ellos apunta hacia esa zona como foco de la delincuencia que sufren. Uno de los propietarios asegura que hace unos años el Camí de Font de Sala, colindante con Villafranqueza, "era una complejo tranquilo, pero desde hace medio año se ha convertido en un nido de delincuencia". Él coincide con otros vecinos en que el deterioro de la zona se ha agravado a partir de la ocupación de algunas viviendas que han quedaron vacías en la partida del Rodalet.

"Los autores de los robos no respetan nada y entran a cualquier hora del día, saltan la valla y les da igual que en el domicilio haya gente o no, arramblan con todo lo que pueden", afirma otra de las víctimas de los asaltos que, al igual que los demás, prefiere mantenerse en el anonimato ante posibles represalias.

Pese a las quejas y denuncias que los residentes de los chalés han presentado ante el Ayuntamiento y la Guardia Civil, los vecinos indican que no han obtenido respuesta. Por esta razón, han optado por poner en marcha una campaña de recogida de firmas.

El objetivo de los vecinos en este momento es recoger el mayor número posible de apoyos para que el Ayuntamiento aporte una solución definitiva a un problema que sienten que va a más.

Precauciones

Herramientas, videoconsolas, bicicletas e incluso comida son blanco de los ladrones que atemorizan a los ciudadanos de la zona. Por ello, los residentes extreman precauciones instalando alarmas y otros mecanismos de seguridad.

Todo lo que está en sus manos para frenar, en la manera de lo posible, la ola de robos. Sin embargo, ni con estas medidas los vecinos se sienten seguros porque "es una intranquilidad diaria que no nos deja dormir por las noches", señala un vecino.

Una de las residentes de la zona asegura que el problema reside en que, como se trata de pequeños hurtos que no superan los 300 euros, la Policía no puede hacer mucho más de lo que hace. No obstante, los afectados exigen una solución definitiva que les aporte la seguridad con la que contaban hace años.