El ancestral rito del Pa Beneït reunió ayer a más de mil personas en busca de la fertilidad y la salud. La Torre de les Maçanes acogió así el acto central de Les Festes de Sant Gregori, patrón del municipio y que hoy celebra su festividad, motivo por el cual se repetirá este emblemático rito, que según cuenta la tradición invoca la fertilidad y aleja las enfermedades.

Una treintena de "clavariesses" -doncellas- con sus respectivos acompañantes recorrieron las calles del pueblo ataviados con los trajes típicos, poco antes del mediodía. Ellas, en la cabeza, portaban al protagonista de este rito: un pan quemado de entre seis y ocho kilogramos coronado con un ramo de flores, encima de una bandeja de cerámica de otros tres o cuatro kilos adornada con cuatro telas blancas bordadas.

Al llegar a la iglesia de Santa Ana pudieron dejar su pesada carga, dándose paso a la misa, tras la cual se bendijeron los panes y se repartieron entre los asistentes en un santuario abarrotado de fieles. La esperanza estaba en que se cumpliera lo que dice la tradición sobre la ingesta de este Pa Beneït, acompañado de agua bendita.

Estas celebraciones se remontan a 1658, año en el que el pueblo fue liberado de una plaga de langosta por intercesión del santo, aunque se trata de un ritual procedente de la Grecia Antigua y de origen pagano.

Estos festejos arrancaron el sábado con el pregón a cargo del alcalde Felipe Sirvent y de la ofrenda de flores al patrón, ayer hubo también un espectáculo de zarzuela y hoy se pondrá el colofón con la repetición del Pa Beneït con motivo del día de Sant Gregori, por lo que será otra oportunidad para buscar la felicidad, al invocar la fertilidad y alejar las enfermedades.