La primera fase de la ampliación del cementerio de Xixona que incluye 64 nuevos nichos y la conexión con el antiguo camposanto ha entrado en su recta final. Previsiblemente para el verano, el municipio contará con nuevas plazas que solventarán, por el momento, la falta de enterramientos que llegó a provocar situaciones dramáticas a algunas familias que no tenían donde dar sepultura a los suyos, lo que obligó a la urgente construcción de varias unidades y la localización de nichos vacíos o sin propietario para poder hacer frente a unas necesidades que la anterior corporación no había previsto.

El alcalde de Xixona, Ferran Verdú, ha visitado las obras esta semana acompañado de otros concejales y un representante de la empresa constructora Castelló para comprobar la marcha de un ambicioso proyecto que en otras fases incluye la construcción de un tanatorio, un cementerio para enterramientos musulmanes y para cenizas.

Estos primeros trabajos comprenden principalmente las obras de urbanización y la conexión con las instalaciones antiguas, además de 64 nichos. Asimismo, se ha abordado ya parte de la jardinería con la plantación de grandes algarrobos, que se completará con plantas autóctonas, según explicaron fuentes municipales.

La inversión para esta actuación es de un millón de euros financiados por la Diputación Provincial que ha destinado a esta obra 300.000 euros, mientras que los 700.000 euros restantes son aportados por el Consistorio jijonenco.

Según las mismas fuentes, con esta actuación en Xixona "queda superado uno de los episodios más dramáticos vividos por sus vecinos durante la pasada legislatura, cuando descubrieron que no había sitio para enterrar a sus familiares al agotarse los nichos del cementerio municipal". El alcalde, destaca que la colaboración de los vecinos ha sido muy importante: "Se han volcado en facilitar la labor del Ayuntamiento con la cesión e intercambio de nichos entre particulares".