El debate en torno a la ubicación de los puestos tiene fraccionada a la sociedad sanvicentera. El regreso del mercadillo a su lugar tradicional, en el centro de la ciudad, ha provocado discrepancias entre vecinos y comerciantes de la zona. El mercadillo se trasladó de manera provisional a la citada avenida, ocupando también la de la Libertad y la de Severo Ochoa. Desde que la alcaldesa Luisa Pastor comunicó por decreto el pasado 17 de junio el cambio de ubicación, las reacciones no se han hecho esperar.

Los habitantes del centro están encantados con el retorno del mercadillo debido a que el flujo de gente es mayor y a que el traslado provocó un descenso de ventas en los comercios de la zona. "El mercadillo debe estar donde ha estado siempre" afirma uno de los vecinos de la zona. Por el contrario, los propios mercaderes apuntan que "el principal problema es la dificultad de zonas de carga y descarga en el centro".

Los residentes de la zona de L´Almassera se encuentran apenados con la marcha porque durante un año vieron como la zona cobraba vida y los comercios empezaban a despegar. Tras una recogida de firmas por parte de uno y otro bando consiguieron reunir casi 1900 firmas contando con la colaboración de 98 comercios de la zona. "El pueblo es muy grande, no podemos concentrar todo el movimiento en la calle Mayor y en los alrededores", alega un comerciante de la zona. Además apuntan como principal inconveniente la imposibilidad de aparcar en el centro debido a que el parking público está ocupado por los puestos. También señalan que la salida del mercadillo ha provocado un descenso de gente debido a que los habitantes de las partidas de los alrededores podían bajar a comprar sin necesidad de meterse en el centro de San Vicente.

Ayer fue el primer día de mercadillo y la jornada transcurrió con normalidad. El Ayuntamiento informó a los ciudadanos a través de la web y con indicaciones en las calles de su ubicación.