La mayor cerámica de España comienza a ver la luz. La Escandella ha conseguido levantar el concurso de acreedores al que tuvo que hacer frente cuando decidió acogerse a la ley concursal el pasado febrero.

De este modo, la empresa retoma el control tras nueve meses en los que los administradores concursales supervisaban y autorizaban toda actividad económica. Además, se convierte, en plena crisis, en una de las pocas que consigue salir en un corto periodo de tiempo de esta situación, de la que, según los últimos datos, más del 95 por ciento de los procedimientos concursales terminan en liquidación.

"Estamos muy satisfechos de la resolución y queremos agradecer la confianza y el apoyo que todos nuestros clientes, empleados, proveedores,É nos han brindado y que nos ha permitido conseguir lo que desde un principio fue nuestro principal objetivo: dar continuidad a nuestra actividad empresarial, ofreciendo como siempre el mejor producto con el mejor servicio y atención a nuestros clientes", aseguraron ayer fuentes de la empresa.

La mercantil, ubicada en Agost, se vio abocada a suspender pagos como consecuencia de las presiones financieras en la refinanciación de su deuda bancaria por un total 33 millones de euros.

La crisis inmobiliaria sufrida en España, con un descenso de más del 40 por ciento en la demanda de productos cerámicos, así como los problemas en las negociaciones de refinanciación de dicha deuda, llevaron a La Escandella a declarar el concurso de acreedores.

La compañía se vio forzada "a tomar decisiones que aseguraran su continuidad futura", por lo que en enero procedió a realizar un ajuste en su actividad productiva, con la consecuente paralización de fábrica, y un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que afectó a 90 trabajadores.

En abril, "gracias al trabajo duro y el apoyo de clientes, proveedores y empleados", según las mismas fuentes, la empresa presentó una propuesta anticipada de convenio, un plan de pagos y un plan de viabilidad en el Juzgado Mercantil Número 2 de Alicante.

En mayo reinició su producción industrial con la reapertura de sus dos fábricas y la reincorporación de los 90 trabajadores que habían sufrido el ERE temporal.

En junio, alcanzó un nivel de adhesiones de los acreedores próximo al 75 por ciento del total pasivo ordinario. El plan recoge dos alternativas para la devolución de la deuda en dos años con quita, o en siete sin quita.

La compañía ha salido de esta situación "fortalecida" y se prevé que los trabajadores, en la actualidad 152 en plantilla, no tendrán que sufrir nuevos ERES temporales como los que les llevaron recientemente al paro durante varios meses.