La planta que Cemex tiene en San Vicente no produce cemento desde el pasado mes de julio. En principio, los planes de la multinacional preveían que el cierre se prolongara durante tres meses, a la espera de que el mercado de la construcción se reactivará.

Sin embargo, la situación, lejos de mejorar ha ido a peor. La falta de pedidos ha hecho que las instalaciones, en vez de resucitar, sigan en estado de hibernación. A ello hay que unir que la planta de Alicante tiene suficiente capacidad para atender la demanda actual. Consecuencia: nadie trabaja ya en San Vicente. Así lo confirmaron fuentes sindicales al indicar que la empresa ha recolocado a una parte de los trabajadores en la planta alicantina y ha iniciado los planes de prejubilación y despido acordados dentro de la negociación para el cierre definitivo de la planta sanvicentera. En los últimos meses las labores de limpieza y vaciado de material se han ido ejecutando pero ya han finalizado. Estas mismas fuentes añadieron que "ya sólo está funcionado el laboratorio y la parte de administración en San Vicente".

Pese a todo, la empresa no ha anunciado oficialmente que no utilizará nunca más la planta de San Vicente. De hecho, dispone de la licencia ambiental integrada para poder fabricar en las instalaciones hasta el próximo 1 de agosto de 2009. Esa es la fecha tope para que los hornos puedan funcionar, tal y como se acordó con la Conselleria de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig meses atrás. Sin embargo, las fuentes consultadas dudan de que la cementera tenga algún tipo de actividad en los próximos ocho meses. Todo apunta a que no volverá a echar humo porque la crisis ha acabado con ella antes que el propio convenio para su cierre definitivo.