La falta de interés y de coordinación por parte de la Administración estatal y la autonómica están llevando al deterioro y a la práctica ruina el pantano de Tibi y su entorno, dejando perder un caudal de agua que bastaría para regar los campos de una parte de Alicante, El Campello, Mutxamel y Sant Joan d'Alacant, donde se encuentran las principales empresas de producción y exportación de tomates de toda España. Además, se deja de explotar como turismo rural un ecosistema de gran belleza paisajística y monumental a tan sólo 30 kilómetros de Alicante.

El pantano de Tibi, con más de cuatrocientos años de existencia, se encuentra actualmente en un estado lamentable. La pared necesita una urgente limpieza y rehabilitación. Los arbustos y matorrales pueblan la pared abriendo con sus raíces la sillería, degradándola hasta tal punto que está pidiendo con urgencia un tratamiento. La presa, BIC desde el 26 de abril de 1994, se encuentra a rebosar de agua que se vierte al mar, al encontrarse aterrada por los lodos en el 75% de su capacidad, por lo que los 3,7 hectómetros cúbicos de su capacidad inicial se han quedado reducidos a uno al día de hoy.

La última vez que se abrió la compuerta de salida para su limpieza fue en el año 1974, por lo que su profundidad ha quedado reducida de 41 a 12 metros.

La plancha de agua es lo único que no ha variado, sigue siendo de 1.600 metros cuadrados. Pero el aterramiento no sólo ha afectado a la capacidad de almacenamiento de agua, sino, lo que es peor, a su calidad, cuando podría ser idónea para el riego, dado el buen sistema de depuración de que disponen los municipios de la Foia de Castilla que vierten sus aguas al pantano.

Con los 3,7 hectómetros cúbicos de capacidad, que tiene estando limpio, bastaría para abastecer las necesidades hídricas de toda la Huerta de Alicante, según el presidente de la comunidad de regantes "Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante", Álvaro Montón, siempre y cuando el agua fuese de calidad.

Mientras tanto los políticos autonómicos y estatales, que dicen estar buscando soluciones para resolver el problema de la sequía en la provincia de Alicante, no se acuerdan de esta presa de gravedad única en su género y la más antigua de Europa en funcionamiento efectivo integrada en el Plan Hidrológico Nacional.

La única medida que recientemente ha anunciado el gobierno estriba en la reseña de 500.000 euros en los Presupuesto Generales del Estado destinados a la recuperación de la zona.

A lo largo de sus más de 400 años de existencia, esta construcción ha salvado la agricultura de lo que se conocía como la fértil Huerta de Alicante. Pero en el entorno a la presa también se puede generar riqueza por las posibilidades que oferta de cara al turismo rural la superficie y el ecosistema que forma a tan sólo 30 kilómetros de Alicante.

El alcalde de Tibi, Jesús Ferrara, pretende crear en la ermita un centro de interpretación del agua, conectado con la rehabilitación de las edificaciones de la época situadas en el entorno de la presa, como son la casa del soldado, donde se alojaba la tropa que custodiaba la presa, y la del pantanero, para revalorizar el bien cultural más preciado del municipio.

Pero, una vez más, la falta de coordinación entre instituciones retrasa los proyectos, tal y como está ocurriendo con las obras de rehabilitación de la ermita, que actualmente están paralizadas a pesar de tener dotación económica para concluirlas. El problema radica en que no se ponen de acuerdo los técnicos de IVVSA y el técnico de patrimonio pertinente de la Conselleria de Cultura en Alicante.

Por otra parte, el alcalde está esperando que el conseller José Ramón García Antón le conceda una entrevista que le solicitó hace año y medio.

Una vez rehabilitadas todas las edificaciones se desarrollarían unas rutas naturales que permitirían conocer todo este entorno natural donde todavía se pueden ver revoloteando a una pareja de águilas o a aves migratorias en su viaje hacia el sur, junto con el disfrute de una muestra importante de puentes, fuentes, lavaderos y edificaciones renacentistas y neoclásicas, todo ello presidido por la imponente presencia de la pared de la presa más antigua de Europa en funcionamiento.

Además, actualmente se está edificando un hotel rural en la ruta de acceso al pantano que ayudará a potenciar el turismo de interior en esta bella zona de la montaña alicantina.

Uno de los obstáculos que hay que salvar para que el Estado invierta en la presa es la cesión de su propiedad al Gobierno central. El presidente de la comunidad de regantes, Álvaro Montón, está dispuesto a llevar a cabo esta medida, ya que además de la presa la comunidad, este organismo es propietario de 800.000 metros cuadrados de terreno en la zona.