La Policía Local de Busot detuvo ayer a uno de los tres miembros de una banda organizada de magrebís que se dedicaba a robar en urbanizaciones de la localidad y que llegaron a desvalijar hasta 10 viviendas en un mes, según informó el edil de Seguridad y Tráfico de la localidad, José García.

En una operación que ha durado un mes y que contó con la coordinación de esta concejalía, se desplegaron durante un mes varios dispositivos especiales para tratar de atajar esta oleada de robos que finalmente concluyó ayer con la detención de uno de los integrantes y la incautación del vehículo con el que perpetraban los atracos.

Así, uno de los dispositivos de la Policía, compuesto por dos coches patrulla, detectó la presencia de un vehículo que coincidía con las características del que habitualmente su utilizaba para los robos, y que se encontraba en las inmediaciones de una urbanización próxima a la carretera de Mutxamel.

Los agentes se acercaron al vehículo y comprobaron que en su interior se encontraban diversos artículos similares a los que se sustraían de las viviendas asaltadas como un televisor de plasma y un ordenador portátil.

A raíz de este hallazgo, la Policía inició la búsqueda por las inmediaciones de la urbanización de los presuntos atracadores hasta que detectaron la presencia de los tres sospechosos y se inició una persecución a pie que se saldó con la detención de uno de ellos. Según explicaron las fuentes, esta zona se encuentra próxima a un barranco por lo que "hay que conocer bien el sitio para poder huir por allí".

Esta operación especial y la detención fue llevada a cabo por la Policía Local de Busot, aunque más tarde contaron con la colaboración de la Guardia Civil, que ahora se hace cargo de la investigación del caso.

Robos a plena luz del día

La banda se dedicaba a robar en el interior de las viviendas en días entre semana y en horario de mañana aprovechando que sus inquilinos no se encontraban en el interior. En ocasiones incluso esperaban en el exterior de las viviendas a que sus propietarios salieran para entonces arrancar las verjas de las ventanas y asaltar el interior. Entre los materiales incautados no se encuentra ningún tipo de arma de fuego y ni arma blanca, por lo que se deduce que los atracadores no buscaban el enfrentamiento con los inquilinos de las casas.

Con este golpe policial a la banda, los agentes creen que ha quedado desarticulada y que no volverá a actuar aunque continuarán con la vigilancia en la zona en la que se produjeron los atracos.