El polvo y las pelusas se acumulan por doquier, no tienes más que mirar a tu alrededor. En casa, por muy limpio que seas, este tipo de suciedad fluye constantemente, es inevitable, pero hay que tener mucho cuidado con los aparatos electrónicos, especialmente con los ordenadores.

Mucha gente se piensa que limpiar un PC es simplemente mantener libre de archivos basura su almacenamiento y software o pasarle un paño de vez en cuando a la pantalla, pero el resto de los periféricos y, sobre todo, el interior del propio computador sufren mucho con la acumulación de polvo - y tu con él si eres alérgico -.

Según va pasando el tiempo, cualquier portátil o PC de sobremesa tiende a sufrir pequeños (y no tan pequeños) problemas por la acumulación de polvo. Aunque quizá tu no lo notes a simple vista, sí que es cierto que los disipadores o ventiladores van funcionando peor porque el polvo de las rejillas se lo impide, haciendo que las temperaturas del aparato suban y su rendimiento vaya decayendo. Los filtros antipolvo de las cajas, carcasas o componentes ayudan a que se disminuya esa acumulación, pero no es suficiente para evitar que los componentes se desgasten innecesariamente.

En lo referente a los periféricos, pantallas, teclados, ratones o altavoces, el polvo se nota más porque lo tienes delante y molesta a la vista, por eso se suele limpiar más. Aún así, si solo se realiza una limpieza superficial no es suficiente; hay que limpiarlo en detalle para que no se quede la pelusa en los rincones o en los espacios más inaccesibles.

Puesto que limpiar el polvo es vital para que tu ordenador y sus componentes se mantengan como el primer día, aquí van una serie de consejos que llevar a cabo cada periódicamente para evitar posibles problemas.

Pantallas

Limpiar la pantalla del ordenador, ya sea portátil o de sobremesa, es un auténtico arte. Aquí es necesario eliminar la suciedad y el polvo, sí, pero también las bacterias y desinfectar el monitor porque tendemos a tocarlo más con las manos sucias de lo que creemos.

En resumidas cuentas, para limpiar el polvo hay que usar un paño de gamuza seco o ligeramente húmedo; para eliminar las bacterias hay que limpiar la pantalla con alcohol y un poco de agua destilada. Si quieres saber más de esta técnica y asegurarte de que lo haces correctamente, echa un vistazo a estos trucos para limpiar la pantalla en los que te explicamos el tema con todo lujo de detalles.

Teclados y ratones

Al igual que ocurre con las pantallas, el teclado y el ratón no solo están expuestos al polvo y a las pelusas, sino también a la grasa y a las bacterias que acumulamos en nuestras manos o a nuestro alrededor.

Como norma general, aquí hay que limpiar bien ambos aspectos. La idea es utilizar un paño ligeramente húmedo para quitar el polvo superficial y, posteriormente y con mucho cuidado, una gamuza con algo de alcohol antes de pasarle una bayeta seca para quitarle los posibles restos de agua o desinfectante que se queden en la superficie.

En el caso de los teclados de ordenadores de sobremesa, estos son más grandes y suelen tener más recovecos entre las teclas por los que se cuela el polvo sin cesar. Lo ideal es, si puedes, que extraigas las teclas para limpiarlas una a una junto con el interior, pero como sabemos que esto no suele ocurrir, hay un par de trucos extras a los que echar mano.

En primer lugar, con un 'post-it' puedes quitar el polvo de manera sencilla, barata y muy casera, aunque algo tediosa en tiempo y recursos (tendrás que usar varios); coge uno y utiliza la parte que pega para ir pasándola entre las teclas hasta que retires todas las pelusas. La segunda opción es utilizar una botella de aire comprimido: esta botella viene con un cabezal del tamaño de una pajita que expulsa aire frío a presión, de manera que el polvo sale del último rincón del teclado con facilidad - eso sí, cuidado con el frío; no mantengas pulsado el botón todo el rato, solo unos segundos, y mueve la botella con asiduidad para no tener problemas -.

Interior de un ordenador

El interior de un ordenador es la parte más complicada de la lista, pero no por ello algo imposible o solo apto para expertos. Eso sí, si crees que no se te va a dar bien o tienes miedo, no dudes en llevar tu ordenador a un centro especializado para hacer la limpieza: te cobrarán lo que corresponda, pero lo dejas en manos de profesionales. Si lo haces tu en casa, recuerda hacerlo con elordenador apagado y desenchufado de la corriente (en un PC de sobremesa desactiva el interruptor de la fuente también).

¿Qué se necesita para limpiar un ordenador por dentro? Una brocha fina, de pelo suave y de tamaño medio para que se pueda meter en cualquier recoveco, y un aspirador con un cabezal de tubo para que sea más fácil manejarlo. Si quieres ponerte un poco más puntilloso o detallista, la botella de aire comprimido, al tener el cabezal tan pequeño y expulsar el aire a presión, puede ayudarte muy bien a llegar a rincones donde el resto de los utensilios no acaban de llegar muy bien.

En un ordenador portátil el tema es ligeramente más difícil de llevar a cabo. Lo que tienes que hacer es darle la vuelta y quitar los tornillos de la tapa trasera para abrirlo - algunos ordenadores pierden la garantía con esta acción; echa un vistazo a la tuya primero -. Una vez abierto, con mucho cuidado (los componentes son más pequeños y muchos vienen soldados) quita el polvo superficial y ayúdate de la brocha para intentar limpiar lo máximo posible de las zonas que hay entre los componentes (la botella en este caso es muy útil, pero úsala a cierta distancia y sin mantener el aire mucho tiempo en el mismo punto, con pulsaciones cortas). Cuando acabes, vuelve a atornillarlo para que esté como nuevo.

En un ordenador de sobremesa tienes que empezar por desatornillar la tapa lateral del aparato para acceder a su interior. Si te ves capaz, lo mejor es que extraigas todos los disipadores, ventiladores y tarjeta gráfica para limpiar el polvo que se queda ahí incrustado de forma concienzuda; si no sabes cómo o no te atreves, utiliza la aspiradora y la brocha para ir poco a poco, limpiando muy bien las aspas de los ventiladores, los filtros antipolvo y las ranuras que te vayas encontrando. Cuando acabes, vuelve a poner la tapa en su lugar.

Además, no olvides que las ranuras para tarjetas de memoria, disqueteras o USBs también acumulan polvo, al igual que las conexiones que tengas al aire libre y que no utilices. Limpia también estos rincones para ser lo más efectivo posible a la hora de quitar la suciedad acumulada.