Un grupo de sociólogos de la Universidad de California en San Diego (EEUU) ha liderado una investigación en la que se han comparado los perfiles de usuarios de Facebook con los registros de salud públicos. Los resultados, publicados en la revista PNAS, muestran que actividades habituales en esta red social, como aceptar solicitudes de amistad o publicar y etiquetar fotos -lo que se relaciona con interacciones sociales en el mundo real­- se asocian estadísticamente con un bajo riesgo de mortalidad.

Según los autores, la investigación confirma lo que los científicos han sabido durante mucho tiempo: que las personas con vínculos sociales fuertes viven más tiempo. Se documenta por primera vez que esa ventaja ocurre también on line en el mundo de las redes sociales.

“Interactuar on line parece ser saludable cuando esta actividad es moderada y complementa las relaciones en el mundo real”, señala William Hobbs, investigador de la universidad californiana y primer autor del trabajo. Por el contrario, “se convierte en negativa cuando el usuario pasa mucho tiempo conectado con poca evidencia de mantener interacciones reales con la gente”, agrega.

Estudio con 12 millones de usuarios

Para realizar el estudio, el equipo comparó la actividad de 12 millones de perfiles de usuarios en Facebook con registros en el Departamento de Salud Pública de California. Para preservar la privacidad, después de hacer coincidir automáticamente el nombre y la fecha de nacimiento, los datos fueron anonimizados y agregados. Todos los datos fueron observacionales.

Los investigadores estudiaron el recuento de actividad en Facebook durante seis meses, comparando la actividad de los que aún vivían con los que habían muerto. Todos los individuos estudiados nacieron entre 1945 y 1989, y todas las comparaciones se hicieron entre personas de edad y sexo similares.

El primer hallazgo del estudio indica que aquellos que están en Facebook viven más tiempo que los que no están. En un año concreto, el usuario medio de esta red social es aproximadamente un 12% menos propenso a morir que los que no la usan. Sin embargo, los autores señalan que la medida puede estar influida por las diferencias sociales y económicas entre los grupos de usuarios y no usuarios.

En la muestra de usuarios de esta red social, los investigadores analizaron el número de amigos, la cantidad de fotos, las actualizaciones de estado y los mensajes enviados para ver si las personas más activas vivían más tiempo. En estas comparaciones, controlaron el análisis no sólo por edad y género sino también por el estatus de relación, el tiempo que habían estado en Facebook y el uso de teléfonos inteligentes (un indicador de ingresos).

El estudio encontró que las personas con redes sociales medianas o grandes vivían más tiempo que las que tienen redes más reducidas, un hallazgo consistente con estudios clásicos de relaciones sociales off line y longevidad.

Aquellos usuarios con los niveles más altos de integración social off line -medida mediante la publicación de más fotos, indicativo de actividad social cara a cara- tienen la mayor longevidad. Las interacciones sociales on line, como escribir mensajes en el muro y enviar mensajes, mostraron una relación no lineal: los niveles moderados se asociaron con la mortalidad más baja.

Experiencias sociales y salud

Los autores también observaron que los usuarios de Facebook que aceptaban la mayoría de las solicitudes de amistad eran los que vivían más tiempo. No hubo una correlación observable para los que enviaban más solicitudes. “Este hallazgo fue un poco decepcionante -señalan los investigadores- ya que sugiere que las intervenciones de salud pública instando a las personas a salir y tratar de hacer más amigos podrían no tener ningún efecto sobre la salud”.

¿Ser popular te hace vivir más? Tal vez. “Podría ser que los individuos que tienen probabilidades de vivir más tiempo son más atractivos para los otros. Pero esto necesita más investigación”, dice Hobbs.

Según explica James Fowler, director del estudio, “la asociación entre la longevidad y las relaciones sociales fue identificada por la epidemióloga social Lisa Berkman en 1979 y ha sido replicada cientos de veces desde entonces. De hecho, un metanálisis reciente sugiere que la conexión puede ser muy fuerte. Las relaciones sociales parecen ser tan predictivas de la vida útil como el tabaquismo, y más predictivas que la obesidad y la inactividad física”, destaca.

Ahora con este estudio, los investigadores tratan de demostrar que las relaciones on line también están relacionadas con la longevidad.

A los autores les gustaría que su investigación fuera un punto de partida para posteriores estudios que condujeran a una mejor comprensión de qué clase de experiencias sociales on line son beneficiosas para la salud.