La inteligencia artificial no solo sirve para hacer que los coches puedan circular solos, sino que existen empresas como Anki que la utilizan para hacer que sus juguetes piensen por sí mismos y sean capaces de reconocer a sus dueños humanos.
La fantasía de cualquier niño o niña es que sus muñecos cobren vida mágicamente, para así poder jugar con ellos como lo harían con un amigo o un videojuego. Pues bien, con el fin de alcanzar este bonito sueño, los ingenieros de Anki se han embarcado en la fascinante aventura de producir en masa su robot Cozmo, un simpático y juguetón personaje que parece directamente sacado de la película de animación Wall-E.
Tecnología punta
A simple vista no parece más que un coche de juguete, a juzgar por sus reducidas dimensiones y su exterior de plástico, pero en realidad es mucho más. Dentro de este muñeco encontramos un diminuto ordenador y una cámara que, utilizados conjuntamente, permiten que Cozmo reconozca: rostros, objetos y lugares, para así poder interactuar libremente con el entorno que le rodea y todo ello de una forma completamente autónoma. Por ejemplo, cuando juguemos con él sobre la mesa del salón, no tendremos que preocuparnos de que se caiga al suelo, ya que será él mismo quien se encargue de guardar una distancia prudencial con los bordes para no sufrir ningún percance.
Imitando la vida
Sin duda el mayor aliciente de Cozmo será que no habrá dos iguales, ya que su personalidad se desarrollará en función de nuestras acciones. De este modo no sólo reconocerá las caras y voces de los miembros de la familia, sino que también se asustará si no está acostumbrado a conocer a gente nueva, o se enfadará si siempre le ganamos. Pero además, toda esta evolución también se verá reflejada en otro tipo de acciones, ya que cuanto más tiempo pasemos con él, más trucos y juegos aprenderá, lo que nos incitará a interactuar cada vez más y más con él.
El espejo del alma
Uno de los aspectos que más han cuidado sus desarrolladores ha sido su apariencia y para ello han contado con animadores de estudios tan prestigiosos como, el ya citado, Pixar, para que se encargasen de diseñar: la expresión de sus ojos, sus movimientos y también su voz. Todo ello, en conjunto, consigue crear la ilusión de que Cozmo es un auténtico ser vivo, lo que hace que los usuarios puedan llegar a tener una relación mucho más estrecha con él, algo que no suele ocurrir habitualmente con un producto de estas características.
? Juguetes robot
La verdad es que las mascotas virtuales no son nada nuevo, ya que las llevamos viendo desde mediados de los noventa, en cuanto comenzaron a causar furor los famosos Tamagotchi y Furby, aunque en esta ocasión, y debido a su precio de 180 dólares, seguramente se terminará convirtiendo en el capricho de muchos adultos apasionados de la tecnología.
