Bien conocidas son para los usuarios de Internet medianamente avezados las estafas de "phising" o los burdos intentos de timo del anciano moribundo que quiere legarte sus riquezas o de la despampanante rusa que quiere conocerte y casarse contigo tras intercambiar unos cuantos correos electrónicos.

Pero hay quienes, directamente y también online, optan por pedir antes que robar. En los últimos tiempos prolifera lo que podría denominarse como mendicidad digital. Se trata de gente, presuntamente sin recursos, que en lugar de apostarse en mitad de alguna transitada calle a poner la mano o la gorra, lo hace enviando mensajes a través de las redes sociales o del correo electrónico. En estas peticiones adjuntan una cuenta de Paypal u otro sistema de pago en el que recibir la limosna online.

Aquí tenemos un ejemplo real en el que solamente hemos eliminado el identificador de la cuenta: "#YoPido la bondad, cualquier cantidad que pueda usted donar como limosna a http://PayPal.Me/XXXXX, gracias".

Es de suponer que alguien con acceso a Internet no debe de ser demasiado pobre, puesto que de ser así estar conectado no sería una de sus prioridades.