Nos vamos acercando a lo que tiene que ser un smartwatch. El Gear S de Samsung entra por los ojos y se queda grabado en ellos gracias a que tiene una pantalla curvada de 2 pulgadas bastante espectacular. Y aunque parece increíblemente gigante, especialmente en fotografías, una vez puesto en la muñeca no resulta tanto así. Es grande, pero no molesta y a eso contribuye que es sorprendentemente ligero.

Vamos, que el Gear S es cómodo y espectacular, pero no es por eso que decimos que este dispositivo se está acercando más que otros a lo que cabría esperar de un reloj inteligente. Esa afirmación viene porque el Gear S tiene cobertura 3G propia y GPS, con lo que podemos salir solo con él y estar conectados aunque dejemos el móvil en casa. Ese es su gran valor y desde Samsung aseguran que vinculado con el teléfono dura aproximadamente como el Gear 2 (casi dos días) y funcionando por sí solo, unas siete horas.

Además, se puede usar una tarjeta de un número diferente -y no solo el duplicado de nuestro número-, por lo que podemos llevar el personal en el móvil y el profesional en el smartwatch, por ejemplo. Nos ha parecido un acierto para que los profesionales puedan llevar dos números de teléfono en dos dispositivos distintos, pero de forma cómoda (si no quieren un teléfono con dos bandejas SIM).

En cualquier caso, el producto está más pensado para que llevemos un duplicado de nuestra propia tarjeta y que así vayamos siempre conectados por la vida, con mayor libertad.

De esta forma, si lo que hacemos es llevar un duplicado de nuestra SIM (nanoSIM, en este caso), podremos salir a la compra, al gimnasio, a correr o a la piscina (es IP67) solo con el reloj y aún así no perder el contacto con el mundo. Gracias a que tiene su propia conexión, podremos contestar mails, mensajes de texto (por voz o con un teclado completo QWERTY) o llamadas. No es que con este reloj vayamos a olvidarnos por completo del teléfono, pero sí que vendrá bien para dejarlo de vez en cuando quietecito.

Algunas aplicaciones muy populares como Facebook o WhatsApp, de momento, solo permiten notificaciones (que llegan por Bluetooth si tenemos al lado el smartphone o por 3G si lo hemos dejado en casa). Por otra parte, también podemos monitorizar el ejercicio de forma precisa gracias a la antena GPS, una carencia que en otros dispositivos obliga a llevar el teléfono si queremos una medición precisa y sobre el mapa de nuestra actividad.

Entre las pegas está su marco de plástico, imperdonable en un dispositivo de muñeca que aspira a ser de referencia y premium, con un precio de 399 euros. La correa se podrá cambiar por otros modelos, de distintos colores, formas y materiales. Tampoco tiene puerto microUSB para cargar, aunque Samsung ha mejorado la base con una gran idea. Ahora lleva su propia batería incorporada, por lo que si lo llevamos con nosotros podemos recargar el reloj en cualquier parte por completo aunque no haya un enchufe.

La interfaz ha mejorado con respecto a los anteriores Gear, el dictado por voz funciona bastante bien y tiene un teclado QWERTY en el que a pesar de lo pequeñas que son las teclas, se acierta bastante bien. Se pueden contestar algunas cosas como mails o SMS, aunque de otras como Facebook o Whatsapp por ahora sólo llegan las notificaciones.

En cuanto al consumo de música, algo bastante importante ya que se trata del único dispositivo que necesitarás si te vas a entrenar, tiene 4GB de memoria interna para almacenar archivos; también se pueden controlar aplicaciones de streaming que se ejecutan en el móvil (pero no sincronizar las canciones en el reloj). Hay que utilizar un casco bluetooth para ello, ya que no tiene puerto para cascos.

A primera vista

Esperemos que Samsung y estos desarrolladores trabajen rápido para que las carencias a nivel de 'software' (que no se puedan contestar mensajes en WhatsApp o sincronizar música dentro del reloj) se corrijan pronto mediante actualizaciones. Porque la cosa promete. Aunque la batería no dé tanto de sí como para que únicamente llevemos el reloj en el día a día, gracias a su autonomía, es el 'gadget' perfecto para que estemos conectados en escenarios en los que llevar un teléfono encima resulta incómodo. Una pena que su marco de plástico no haga justicia a la increíble e hipnótica pantalla AMOLED curvada.

El Gear S sale a la venta este viernes en España con un precio recomendado de 399 euros.