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Alta tecnología contra los incendios forestales

Dos empresas de la provincia y una de Valencia y el Campus de Alcoy de la Politécnica participan en un proyecto nacional para hacer más eficaz la lucha contra el fuego en el monte y aumentar la seguridad de la extinción

Comprobaciones de la operación. NEBUR

Dos empresas de la provincia, Innovatec e Inaer, y el Campus de Alcoy de la Universidad Politécnica de Valencia, forman parte activa de un proyecto nacional, impulsado desde el Ministerio de Industria, a través del Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), que tiene como objetivo hacer más eficaz y segura la intervención contra los incendios forestales. De manera específica, se está trabajando para aportar sistemas que permitan a los medios aéreos trabajar de noche, algo que ahora no es posible, y para que los servicios de extinción puedan comunicarse en zonas sin cobertura, lo que es habitual en áreas montañosas y que, por ejemplo, complicó los trabajos en el último incendio de Mariola.

El aeródromo de Mutxamel y la zona de Solroja, en Mariola, han sido escenario de una puesta en común de las investigaciones que están desarrollando las distintas partes, en unas pruebas cuyo desarrollo ha sido muy satisfactorio, según explica David Cuesta, profesor del Campus. El proyecto general se denomina Prometeo e «implica a varias empresas y a universidades españolas», indica Cuesta. La participación de Innovatec se centra en el diseño de sensores para las brigadas forestales, «tanto para la extinción de los incendios como para captar temperaturas y condiciones ambientales», explica. De momento, los sensores se colocan y se retiran para las pruebas, pero podrían mantenerse indefinidamente.

La participación de Inaer se centra en la aportación de las aeronaves, que se equipan con múltiple tecnología; además, esta compañía aporta el terreno 3D en una resolución de 20 centímetros, que se obtiene cuando la aeronave realiza una pasada y obtiene una imagen precisa. A la ya citada, se suma Brainstorm, una firma valenciana especializada en el desarrollo de entornos 3D de tiempo real y que colabora habitualmente con las investigaciones del Campus. En el caso de las pruebas desarrolladas recientemente, un helicóptero fue dotado con los sistemas diseñados, con el fin de efectuar las primeras pruebas en un contexto verídico, que se desarrollaron en Mutxamel y Mariola.

En suma, de lo que se ha tratado ha sido de «formalizar la integración de toda la tecnología», indica Cuesta. «Las aeronaves son equipadas con los sistemas de integración», para facilitar su utilización. De esta forma, en el caso concreto de la prueba efectuada, un helicóptero dispuso de todas las aportaciones tecnológicas, como los sistemas para las comunicaciones en áreas de escasa o nula cobertura, lo cual se suple con conexiones vía satélite. Además, se permite la visualización de los terrenos en 3D, lo que permite «no sólo localizar las zonas de fuego sino visualizar dónde está todo».

Además, los miembros de las brigadas forestales son equipados con sensores, tanto para facilitar su labor como para incrementar su seguridad, ya que desde la central se puede contrastar su situación y se facilita su traslado a las zonas en las que es necesario que desarrollen la extinción del siniestro. Los sensores detectan incluso el monóxido de carbono, lo que incrementa notablemente la seguridad de los brigadistas.

«La integración consiste en que hay un canal de información por el que circula todo», extremo que facilita la toma de decisiones por parte de los responsables. «En esta prueba lo que se ha hecho ha sido efectuar una puesta en común de toda la tecnología. Todo no se ha podido probar, pero hay tecnologías que ya están bastante maduras», señala Cuesta, en referencia sobre todo a los sensores para las brigadas, la visualización en 3D, una tecnología que beneficia de manera muy especial a los pilotos, y las comunicaciones. «Los sensores nos han permitido monitorizar a los miembros de las brigadas, siguiéndoles casi al minuto».

Todo esto se materializó a través de una prueba con la máxima realidad posible, consistente en una alerta de incendio en la zona de Mariola, concretamente en las inmediaciones de Solroja, en el Preventorio. Allí se dirigió el helicóptero, que efectuó un barrido del perímetro y de una zona de fuego de unas 900 hectáreas, interconectándose con las brigadas y los puntos de mando, con el fin de remitir la máxima información posible en tiempo real.

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