Además de los centros que han traslado parte de su oferta educativa a la red, Internet permite estudiar, de manera menos formal, todo tipo de materias. Es una oferta complementaria, a menudo gratuita, generalmente sin títulos ni cursos estructurados a la manera tradicional y que a veces tiene millones de usuarios.

Es el caso de Khan Academy, un sitio con muchos contenidos matemáticos que acaba de recibir un Webby Award y ha servido ya más de 150 millones de lecciones.

En EdTed hay cerca de 3.000 vídeos educativos, en Codeyear conviven casi 500.000 aspirantes a programador, y proyectos como Coursera (con Stanford, Princeton, Pensilvania y Michigan) y EDXOnline (MIT más Harvard) confirman el desembarco en este terreno de grandes universidades. Su propuesta –abrir parte de los contenidos educativos a todo el público– imita el ejemplo que dio hace años el MIT con su OpenCourseWare.

En España sigue esta línea la Universitat Oberta de Catalunya. El aprendizaje del inglés también tiene en Internet su repertorio alternativo. English Attack (desde 6 euros al mes) enseña usando materiales digitales on line. Y Busuu funciona como una comunidad social y lingüística gratuita con extras de pago.