Llegado el verano son muchos los deportes que se practican en las orillas de las playas, donde la arena provoca que el trabajo muscular, sobre todo de las piernas, sea mucho mayor y las zancadas se den con mucha más intensidad, lo que producirá un desgaste mayor y un consumo elevado de energía.

Dependiendo del ejercicio que se practique, afirma el coordinador del servicio de rehabilitación del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, Álvaro Herrera, se obtienen beneficios diferentes.

Por ejemplo, el fútbol playa es el que menos lesiones provoca. Los cuadriceps, los gemelos y los isquiotibiales son los músculos del tren inferior que más se ejercitan y reduce las lesiones de rodilla. Además el tobillo desarrolla más musculatura y da más estabilidad a la articulación, aparte de mejorar la capacidad cardio-respiratoria.

A las palas es mejor jugar dentro del mar porque el agua mejora la circulación. Favorecen el tren superior, lo que para el aparato locomotor contribuye a afirmar los músculos del brazo y el antebrazo, pero también de las extremidades inferiores y la espalda, concretamente la zona dorsal y lumbar. El sistema nervioso también sale beneficiado porque aumenta su capacidad de alerta y mejoran sus reflejos mientras se trabaja la coordinación.

El volleyball mejora el tren inferior, favorece el desarrollo muscular por los saltos y flexiones del cuerpo que se realiza al practicarlo y, mientras a su vez se mejora la circulación de la sangre. Además, los músculos abdominales, dorsal ancho, pectorales, bíceps y tríceps se desarrollan sin esfuerzos violentos, los que proporciona una fuerza mayor.

Sus beneficios son todavía mayores porque permite ejercitar la movilidad articular y la flexibilidad de los dedos, muñecas, codos y hombros, mejorar los reflejos y la coordinación muscular.

Correr, si se está acostumbrado, fortalece los miembros inferiores como los cuádriceps, los isquiotibiales, los gemelos, los sóleos, los flexores, los extensores de los dedos y la planta de los pies, así como mejora la musculatura de la cadera.

En el caso de que la forma física no sea la óptima o si existe alguna lesión semicurada hay que tener cuidado de no someter los músculos a una sobrecarga.

Si por cualquier motivo no se puede realizar las actividades anteriores, caminar por la playa es la mejor opción para obtener los beneficios del ejercicio en la playa. Como el terreno es firme pero a la vez inestable, las articulaciones de las piernas trabajan y se fortalecen con los paseos.

Además, ayuda a mejorar la coordinación y el equilibrio, ya que el sistema propioceptivo trabaja para evitar caídas y el agua de mar en las piernas mejora la circulación.

La natación, tanto en la piscina como en el mar sigue siendo el deporte más completo. Sus beneficios se producen porque al vencer la resistencia del agua, obliga al cuerpo a ejercitar toda la musculatura: cervical, dorsal, lumbar y de las extremidades. Además, también se trabaja el sistema respiratorio y cardiovascular.

Sin embargo, lo idóneo de este deporte es practicarlo durante todo el año, porque de esta forma el cuerpo está tonificado y la musculatura estirada, lo que previene dolores de espalda y mejora los posibles problemas de la columna.