Uno de los principales factores que diferencia a los hombres de las mujeres son las hormonas: Así como el hombre se caracteriza por un alto nivel de testosterona, un alto nivel de estrógeno es lo que caracteriza a las mujeres. Son estas, las hormonas, las que regulan la formación de los órganos sexuales, el tono de la voz, el vello facial, los pechos en las mujeres, la acumulación de grasa característica de cada sexo, etcétera.

Las hormonas no sólo controlan el aspecto físico; influyen también en buena parte de nuestro comportamiento. Por ejemplo, si tu nivel de testosterona es bajo es muy probable que tu deseo por mantener relaciones también lo sea, así como que notes cierto grado de apatía, cansancio, lo que podríamos llamar falta de vitalidad.

El problema

El equilibrio hormonal que ha existido durante millones de años se está desmoronando en unas pocas décadas. Hay estudios científicos que reconocen una disminución de un 20% en los niveles de testosterona. Y esta carencia no se traduce solamente en un problema estético como es la alteración en la distribución de la grasa corporal dando lugar a los odiados michelines, acumulación de la grasa en el abdomen y muslos... (que ya es bastante deprimente), sino que un nivel de testosterona bajo está ligado a serios problemas de salud, tanto mental como física. Vamos a puntualizar los más característicos:

-Depresión. Hay estudios que demuestran que hay una correlación clara entre síntomas depresivos y niveles bajos de testosterona. Otros indican que el aumento de testosterona reduce los síntomas depresivos (es decir, hay causalidad).

-Pérdida de músculo. La testosterona es un esteroide anabólico, aumenta la síntesis de proteína y por tanto es fundamental para desarrollar músculo (junto con su amiga, la hormona de crecimiento humano).

-Huesos débiles: osteoporosis.

-Puede existir relación directa con algunas enfermedades neurodegenerativas.

-Disfunción eréctil: un nivel adecuado de testosterona es imprescindible para mantener la libido así como para conseguir el grado de erección que se necesita para una correcta relación sexual.

¿Cuánta necesitamos?

Un hombre «promedio» produce entre 5 y 10 mg de testosterona al día (20 veces más que las mujeres). El 95% de la testosterona se produce en los testículos (en los ovarios en el caso de la mujer), y el resto en las glándulas suprarrenales. Nuestro cuerpo produce testosterona a partir del colesterol, por lo que la equivocada idea de que el colesterol es malo, y de que las dietas bajas en grasa son la solución, es en realidad parte del problema, pero de esto hablaré con más detalle el próximo artículo.

No toda la testosterona que tenemos circulando en la sangre es utilizada por nuestro organismo. La realmente importante es la testosterona libre; es la única que tu cuerpo puede utilizar para evitar todos los problemas que mencionaba antes. El resto de la testosterona está unida a una proteína (SHBG o Albúmina), y no está realmente disponible. Si te vas a hacer un análisis, asegúrate que incluye la testosterona libre.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que, al igual que con otras hormonas, su nivel aumenta y disminuye en función del momento del día (ritmo circadiano) y de los estímulos que recibe tu cuerpo (y no me refiero sólo a los estímulos que te estás imaginando, aunque estos también influyen). La testosterona suele estar más alta justo al despertarse por la mañana por ello si tienes que hacerte un análisis, háztelo a primera hora de la mañana.

¿Qué nos ha pasado?

Una caída tan pronunciada, en tan poco tiempo, es algo tan importante que debería hacernos reflexionar sobre la forma de vida que llevamos.

La producción de testosterona es un proceso complejo, por ello no podemos hablar de un solo factor como causa de su descenso si no que son un conjunto de ellos los que influyen.

Los sospechosos habituales, como el aumento en el consumo de alimentos procesados y nuestra vida sedentaria, juegan un papel muy importante en la pérdida de virilidad que hemos experimentado en los últimos años, pero no son los únicos culpables: Disruptores endocrinos. Quédense con estas dos palabras porque a partir de ahora, las van a oír muy a menudo. Es un término que suena extraño pero voy a intentar explicarlo:

-Disruptores endocrinos: Los Disruptores Endocrinos son sustancias presentes en el medio ambiente que cuando acceden al organismo pueden interferir con el equilibrio hormonal y tener efectos negativos sobre la salud. Es decir confunden al organismo. Estas sustancias pueden interrumpir, aumentar o disminuir los procesos fisiológicos que realizan las hormonas. Estas sustancias podemos encontrarlas en determinados pesticidas, plásticos, pinturas, productos de belleza e higiene (ciertos desodorantes) incluso algunos medicamentos.

La solución

-Dieta: La dieta juega un papel muy importante en nuestra producción de testosterona. Nuestras glándulas necesitan ciertos minerales -como el zinc y magnesio-, y para producir la testosterona, nuestras células de Leydig necesitan colesterol, haciéndose imprescindible la vitamina D.

-Ejercicio físico: puede aumentar la testosterona: En primer lugar, hay tipos específicos de ejercicio que realmente aumentan la producción de testosterona en nuestro cuerpo. En segundo lugar, el ejercicio ayuda a aumentar la masa muscular y reducir la grasa corporal. Sabemos que el tejido adiposo convierte la testosterona en estrógeno luego a menos grasa, más testosterona. Pero hay que tener cuidado el sobreentrenamiento puede reducir estos niveles.

-El descanso durante el sueño: Nuestro cuerpo crea casi toda la testosterona que necesitamos para el día mientras estamos durmiendo. Investigadores de la Universidad de Chicago encontraron que los hombres jóvenes que dormían menos de cinco horas por noche durante una semana tenían niveles más bajos de testosterona, entre un 10 y un 15%, que cuando descansan plenamente.

-Control del estrés: Cuando nos enfrentamos al estrés, nuestras glándulas suprarrenales secretan diversas sustancias entre ellas el cortisol para preparar nuestro cuerpo y mente para manejar la situación estresante, pero los niveles elevados de cortisol durante periodos prolongados pueden resultar nocivos. Varios estudios han demostrado el vínculo entre el cortisol y la testosterona. Cuando los niveles de cortisol son altos, los niveles de testosterona son bajos.