Con motivo del Día Mundial del Riñón, revisamos algunas creencias y mitos (erróneos) sobre la hidrataciónón y el agua mineral, y su relación con la formación de cálculos en el riñón.

Para empezar, según la Asociación Española de Urología (AEU), no hay ninguna evidencia científica de que la mineralización del agua mineral natural conlleve un riesgo ni en la formación ni en la recurrencia de los cálculos renales o que implique el deterioro de la función renal.

Al contrario, el agua mineral natural contribuye a alcanzar los niveles de hidratación recomendados para evitar la aparición de la litiasis renal, cantidad que las autoridades sanitarias cifran en una ingesta igual o superior a 2 litros de agua al día.

Es importante recordar que el nivel adecuado de ingesta de líquidos de una persona depende de numerosos factores (sexo, ejercicio, clima, condiciones sanitarias, embarazo y lactancia, etc.…)

Las causas de aparición de las piedras en los riñones son múltiples, a los factores genéticos se unen los ambientales, dietéticos, alteraciones metabólicas y renales. Un bajo consumo de agua, la vida sedentaria o alteraciones metabólicas que afectan al calcio, el fosfato o el citrato sientan las bases para el desarrollo de las piedras renales.

Por tanto, consumir mucho líquido ayuda a los riñones a eliminar sodio, urea y toxinas, lo que implica un «menor riesgo significativo» de desarrollar piedras y otras enfermedades renales crónicas.

Sin embargo, los estudios existentes no defienden una «carga agresiva de líquidos» dado que podría causar efectos secundarios sin reducir el riesgo de formación de cálculos.

Nuestros riñones son capaces de equilibrar la eliminación del agua y los minerales, por tanto, si no hablamos de condiciones especiales como pueden ser el ejercicio físico, embarazo o determinadas enfermedades como la diabetes, la ingesta de dos litros al día es suficiente.

Realidades del agua mineral natural

-El agua mineral natural es pura en origen.

-El residuo seco nos indica la mineralización del agua, es decir, la cantidad de minerales que se encuentran -de forma natural- en las aguas minerales naturales y que nuestro organismo necesita. Contiene minerales esenciales como el calcio, el magnesio, el fósforo que son altamente biodisponibles.

- No hay evidencia científica de que el sodio contenido en el agua mineral natural constituya un riesgo para la salud. Los últimos estudios confirman que beber agua mineral ayuda a bajar la presión arterial, en especial en mujeres menopáusicas, y en personas con presión arterial normal no produce ningún efecto. Además, las aguas minerales contienen sodio en forma de carbonato de sodio que no es lo mismo que sodio en forma de cloruro de sodio.

- No hay evidencia científica que demuestre que la mineralización del agua mineral natural sea perjudicial para los riñones.

¿Es el agua de mineralización débil mejor para la salud?

El cuerpo regula su necesidad de agua a través de la sed. Para el buen funcionamiento de nuestro organismo es igual de vital beber agua que eliminarla Y de ello se encarga el sistema urinario que tiene como función extraer del cuerpo los desechos y toxinas de la sangre. El riñón es el filtro que recoge la sangre de las arterias y una vez depurada la devuelve a través de las venas. De los 170 litros de agua que es capaz de depurar el riñón en un día, sólo elimina litro y medio al día.

Indicaciones

Las aguas de mineralización más baja son las más adecuadas en general para los ancianos, las personas con cálculos renales, quienes padecen hipertensión arterial severa o retención de líquidos y para los bebés. En cualquier caso, se buscan efectos diuréticos o de arrastre de elementos que el organismo tiene que eliminar.

Por otra parte, en la formación de los cálculos renales es de suma importancia el grado de concentración de la orina. Las aguas de débil mineralización son muy útiles en los planteamientos dietéticos de muchos enfermos litiásicos. Es bien sabido este tipo de agua se elimina totalmente en 2 o 3 horas. Una eliminación tan brusca hace bajar la concentración de la orina y acelera la eliminación de productos de desecho evitando la acumulación de sustancias causantes de la formación de los cálculos. Su absorción por el intestino es muy rápida y completa provocando una abundante diuresis (volumen de orina). Para conseguir que la orina esté poco concentrada se necesita eliminar al menos 1,5 litros cada 24 horas. Para una persona en condiciones normales, esto supone beber unos 2 litros, de los cuales al menos el 50% será agua. El agua, además de prevenir la litiasis renal, favorece la expulsión de cálculos y evita su crecimiento.

La litiasis (piedras o cálculos) del aparato urinario es una de las dolencias más frecuentes de la humanidad desde los tiempos más antiguos. Puede decirse que un 4% de la población femenina y un 6% de la masculina tendrán un cálculo a lo largo de su vida. Estos suelen aparecer entre los 30 y 50 años y tienen un factor hereditario importante. Hasta un 50% de esta población tendrá más de un cólico en su vida. De ahí, que el objetivo principal del tratamiento médico sea prevenirlos.

Por último, para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades renales debes mantenerte en forma y activo, controlar el nivel de azúcar en sangre, vigilar tu presión sanguínea, comer sano y controlar el peso, mantener una ingesta de líquidos sana, no fumar, no tomar medicamentos sin receta médica y comprobar la función renal si se presentan uno o más factores de alto riesgo.