La posibilidad de padecer pérdida involuntaria de orina, incontinencia, se va incrementando con los años, afectando tanto a hombres como a mujeres, alcanzando su máxima frecuencia a partir de los 70 años.

La pérdida de orina va a provocar una alteración significativa de la calidad de vida de nuestros mayores debida a la serie de problemas que conlleva:

Pérdida de autoestima

El paciente nos cuenta en la consulta la vergüenza que siente al no poder evitar que se le escape la orina.

La sensación de sentirse mojado, el miedo a que los demás vean una zona húmeda en su ropa y el desagradable olor que trasmiten les hace ser muy reacios a salir a la calle y tener cualquier tipo de relación social.

Lesiones en la piel de la región genital

En un estudio realizado en «Health and social care» se concluyó que la mayoría de nuestros mayores no buscan ayuda porque piensan:

  • La pérdida de orina es un proceso natural que aparece con la edad.
  • Piensan que no es debida a ninguna enfermedad grave.
  • Creen ya son muy mayores para buscar una solución.

Es por tanto nuestra responsabilidad como médicos, como cuidadores o como familiares cercanos al paciente el hacerles entender que la perdida de orina no es un proceso natural y siempre es debida a una alteración funcional de la vejiga.

Esta puede ser originada por procesos que se localizan en la vejiga como sucede en las infecciones, inflamaciones, tumores.

Puede ser secundaria a procesos neurológicos, disfunciones metabólicas.

Cuando detectemos la pérdida de orina en nuestros mayores, piensen mal, llévenles al médico para realizar una evaluación general y descartar cualquiera de las enfermedades locales o sistémicas que pueden provocarla.

En muchos casos encontraremos soluciones relativamente sencillas, por poner algunos ejemplos:

  • Un tratamiento médico eficaz puede solucionar la mayoría de las infecciones urinarias, mejorar enfermedades neurológicas como el Parkinson o la inestabilidad vesical.
  • En otros casos procedimientos instrumentales como la litotricia endoscópica puede romper y eliminar cálculos del aparato urinario con un riesgo mínimo para el paciente.
  • Técnicas mínimamente invasivas pueden resolver los problemas de la hiperplasia prostática, así como tratar los tumores de vejiga.
  • En otros casos, cuando el origen de la perdida de orina es secundario a una enfermedad grave, procesos degenerativos o requieren intervenciones quirúrgicas de importancia, quizás no podamos dar una solución definitiva a la causa de la incontinencia pero podremos indicar tanto al paciente como a quienes están a su cuidado la mejor manera de evitar complicaciones innecesarias.

Últimas puntualizaciones

La incontinencia no es un problema que aparece necesariamente con la edad, puede ser debida a enfermedades importantes que pueden ser resueltas en la mayoría de los casos de una forma sencilla.