En la actualidad, un 30% de los pacientes con ictus presenta un problema de discapacidad que impide valerse por sí mismos y que se manifiesta con parálisis, problemas de equilibrio, trastornos del habla y déficits cognitivos (FEI). Debido a estas afectaciones la atención del ictus requiere la adopción de programas de rehabilitación personalizados, tempranos, intensivos, con equipos interdisciplinares y profesionales especializados, que sepan dirigirse y hacer sentir al paciente como parte activa del tratamiento, logrando la mayor motivación en su rehabilitación, a fin de lograr los mayores beneficios y las menores secuelas.

Los resultados obtenidos en uno de los estudios realizados por la Fundación Casaverde dan lugar a la esperanza y optimismo al conseguirse una mejoría funcional en el 94 % de los pacientes de los cuales el 68% alcanza la independencia.

Actualmente está surgiendo el desarrollo de softwares y sistemas de realidad virtual con enfoque rehabilitador para contribuir a la recuperación funcional de estos pacientes. Las técnicas de realidad virtual tratan de conseguir la inmersión del usuario en un entorno ficticio de manera que la experiencia que percibe sea lo más real posible. Estudios sobre la rehabilitación del ictus con realidad virtual como el de M. Bayón, concluyen «los ejercicios virtuales orientados a tareas pueden inducir neuroplasticidad y contribuir a la recuperación funcional de los pacientes que han sufrido un ictus». Aunque es imprescindible comprobar su efectividad real con estudios posteriores.

Por otro lado, los neurocientíficos se están inspirando en el control motor natural para diseñar nuevos dispositivos protésicos que puedan sustituir mejor la función del miembro. Estos dispositivos neuroprotésicos decodifican señales cerebrales para determinar las acciones que sus usuarios quieren hacer y luego usar la robótica avanzada para hacer el trabajo de la médula espinal en la orquestación de los movimientos, permitiendo a los usuarios realizar tareas complejas según José del R. Millán (investigador en el Instituto Federal de Tecnología en Lausanne, Suiza).

Últimas líneas como la de Investigadores de la Universidad de Tubinga, Universidad de Berckeley y Tecnalia trabajan en un proyecto donde se busca utilizar la plasticidad del sistema nervioso, para, a través del entrenamiento, hacer un traspaso de la orden, desde la zona del cerebro en la que está implantado el electrodo, a otras zonas del mismo para que puedan activarse cuando el implante haya sido retirado.

Evidentemente se trata de un campo en continua expansión y desarrollo, sin límites precisos dado el avance y evolución de las tecnologías actualmente en desarrollo, siendo un aporte de motivación, esperanza e ilusión en estos campos de la rehabilitación.