La fascitis plantar es una de las causas más frecuentes de dolor en la planta del pie y, en concreto, sobre el arco medial y base del talón. La fascia plantar es un ligamento aponeurótico que conecta el talón con la parte frontal de pie y participa en el mantenimiento del arco plantar.

¿Cómo se produce la lesión?

En cada pisada, la fascia plantar absorbe la presión generada en la planta del pie. Esto puede provocar que, si hay demasiada presión, pueda inflamarse y generar un dolor en dicha región.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de desarrollar fascitis plantar incluyen: Actividades de impacto repetitivo como correr, la edad, más frecuente entre los 40 y 60 años, sobrepeso y obesidad, acortamiento de la musculatura gemelar de la pierna, calzado no adecuado, arco plantar pronunciado y la práctica de deportes de impacto sobre terrenos excesivamente duros o blandos.

Síntomas

En el corredor es frecuente que el dolor aparezca de forma aguda después de finalizar el ejercicio. Una vez instaurada la fascitis, puede aparecer en cualquier momento de la actividad deportiva. En casos crónicos es frecuente que aparezca con los primeros pasos de la mañana, al levantarse de la cama o tras un largo periodo de reposo. Este dolor tiende a mejorar tras caminar unos minutos.

Tratamientos

Se recomiendan dos tipos de tratamiento para aliviar y curar la fascitis plantar. En primer lugar, describamos el tratamiento no quirúrgico o conservador, indicado para la mayoría de pacientes. Consiste en seguir estas indicaciones: Reposo o disminución de la actividad deportiva que desencadene el dolor, frío local, aplicación de antiinflamatorios, ejercicios de estiramiento de la fascia y tendón de Aquiles, infiltraciones, plantillas y tratamiento de fisioterapia.

La segunda opción, que es el tratamiento quirúrgico, está indicada cuando haya fracasado el tratamiento conservador inicial. Hoy en día disponemos de técnicas mínimamente invasivas que permiten realizar la intervención de forma ambulatoria (sin ingreso). Esto es, mediante una mínima incisión y guiado por control radiológico intraoperatorio, se realiza la liberación percutánea de la fascia plantar y el tratamiento de la exóstosis ósea o espolón que muchas veces acompaña a la fascitis. En ocasiones asociamos la resección percutánea de la fascia de la musculatura gemelar (fasciotomia gemelar) cuando hay retracción de éstos.

Prevención

La mejor forma para evitar la temida fascitis es utilizar un calzado adecuado a la actividad deportiva a realizar, evitando que sea totalmente plano o de suela poco flexible. Elegir circuitos de entrenamiento que incluyan terrenos blandos de tierra o césped, realizando además ejercicios de estiramiento antes y después de la actividad deportiva. Y ante los mínimos síntomas, no lo dude y acuda a su médico especialista. Si el tiempo en sus carreras es clave, el de su reacción ante la posible lesión también lo es, para una recuperación más rápida y efectiva.