Un 70% de los españoles padecen algún tipo de enfermedad en los pies, según se ha señalado desde el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) .

Dolencias como los callos, los juanetes o las durezas afectan a siete de cada diez personas. Desde colegio de podólogos se ha advertido que los pies son una de las partes del cuerpo a las que menos atención se les presta y, sin embargo, cualquier enfermedad en ellos puede determinar claramente la calidad de vida de las personas que la padezcan. Esto es especialmente destacable en el caso de las personas mayores, debido a que con los años se desgasta la almohadilla plantar, aumentan las metatarsalgias (dolor en el antepié) y la aparición de duricias, patologías que aunque no son graves pueden ser muy dolorosas al caminar y pueden provocar caídas o úlceras en las personas diabéticas.

«Uno de los factores más importantes que afectan al deterioro de los pies es la edad, aunque también hay otros que pueden desembocar en patologías como son la herencia genética, pasar mucho tiempo de pie o el uso continuado de un calzado inadecuado que, por ejemplo, tenga mucho tacón o no permita transpirar el pie», ha destacado Alfredo Martínez, Presidente de esta entidad colegial

En este sentido, el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana ha señalado que es esencial escoger un buen calzado para el trabajo con el objetivo de proteger la salud de los pies puesto que, un calzado inadecuado, puede ocasionar juanetes, dedos en garra y metatarsalgias.

Por ello, y con motivo en su momento del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, los expertos en podología recomiendan ser precavidos ya que un mal calzado también puede provocar una mala circulación de la sangre, compresión de las articulaciones y sobrecargas por malas posturas.

Los sectores profesionales que deben tener más cuidado son los comerciales, las azafatas, los policías y personas que trabajan en tiendas u oficinas porque son profesionales que pasan muchas horas de pie, lo que puede desatar posibles dolencias.

Recomendaciones

«Es muy importante realizar una visita al podólogo cuando desempeñamos alguna de estas profesiones porque, como especialista, podrá determinar cuál es el calzado más adecuado para su jornada laboral y le podrá diagnosticar, si fuera necesario, cualquier tratamiento necesario que evite futuras anomalías», ha declarado Marilar Rosell, vocal del colegio de podólogos.

Los trabajadores que no precisan de uniforme escogen un calzado de horma estrecha que presiona los dedos, con suela fina y, en el caso de las mujeres, con un tacón excesivo que perjudica el correcto apoyo del pie.

Para preservar la salud de los pies en la jornada laboral es necesario escoger un calzado que respete el ancho del pie, que no tenga más de tres centímetros de tacón y que sea flexible y con suela acolchada.

En el caso de personas que trabajan en la industria pesada, deben utilizar zapatos y botas de seguridad, impermeables, con punteras reforzadas de acero y suelas antideslizantes para prevenir heridas y accidentes.

Además, desde el colegio de podólogos aconsejan caminar y sentarse 5 ó 10 minutos por cada 50 minutos que se pase de pie para reposar.