La preeclampsia se define como el conjunto de tensión arterial alta más la detección en la orina de la proteína albúmina durante el embarazo. Constituye una causa de morbilidad maternal y fetal, niños con bajo peso gestacional y prematuros. Su fase más grave es la eclampsia, convulsiones que ponen en peligro la vida de la embarazada y del feto.

Según explica a Infosalus la doctora Nieves Martell, jefe de Sección de la Unidad de Hipertensión del Hospital Universitario Clínico San Carlos de la Comunidad de Madrid, las revisiones y analíticas rutinarias más la toma de tensión por las que pasan las embarazadas permiten detectar a tiempo los estados hipertensivos y que cuando existe preeclampsia se llegue a presentar la peligrosa fase de eclampsia asociada a convulsiones de riesgo vital.

Aunque sus causas no están del todo claras, se cree que podría deberse a un problema en la implantación de la placenta que lleva a que ésta segregue sustancias que elevan la tensión arterial y que para el feto suponen un menor riego sanguíneo y menor crecimiento intrauterino.

Los factores de riesgo asociados que toda gestante debe tener en cuenta son los antecedentes familiares maternos o de algún otro miembro de la familia y la presencia de otros factores como hipertensión, diabetes antes o durante la gestación o llegar al embarazo con un índice de masa corporal superior a 35 que denota obesidad. Los embarazos dobles o triples también elevan el riesgo de padecer preeclampsia en las madres.

Martell comenta que el porcentaje de mujeres embarazadas que padecen preeclampsia varía entre los países. En España se baraja la cifra de un 2% de prevalencia mientras que en países en vías de desarrollo este dato puede elevarse hasta el 9%. En todo el mundo se producen más de 50.000 muertes de embarazadas cada año por este motivo y solo los estados hipertensivos tienen una prevalencia de hasta el 26% en los países pobres.

Se define como estado hipertensivo a la tensión alta antes de que se encuentre albumina en la orina. La presencia de esta proteína en la orina supone que existe una afectación de los vasos sanguíneos que permite que la albumina traspase el filtrado que realiza el riñón, lo que indica un problema a nivel general en todos los sistemas del organismo.

Prevenir e identificar la preeclampsia

Al empezar el embarazo, baja la tensión como mecanismos fisiológico natural y va subiendo posteriormente a los niveles previos al embarazo, si esto no es así se trata de un signo premonitorio del riesgo de desarrollar preeclampsia. De ahí la importancia de saber antes del embarazo cuáles son las medidas normales propias de la tensión arterial.

Otro indicador del riesgo de preeclampsia es un incremento de peso excesivo durante el embarazo, si hay un aumento de dos a tres kilogramos por mes puede llevar a que se desencadene el cuadro ya que lo normal es engordar un kilogramo por mes.

La preeclampsia suele aparecer, cuando lo hace, tras la semana 20 de embarazo y puede presentarse bajo dos formas: la temprana, más severa y en la que los niños pueden tener mayores complicaciones asociadas al bajo peso y los déficits de crecimiento; y la tardía, que supone el aumento de la presión sanguínea en el último trimestre de embarazo cuando el desarrollo físico del niño ya se ha completado en mayor medida y puede existir una menor repercusión en este sentido.

En el caso de la preeclampsia tardía, si es brusca las embarazadas pueden "sentir" el ascenso de la tensión arterial. "Lo más importante es tomarse la tensión pero los síntomas pueden ser dolores de cabeza, dolor en la zona alta del estómago y fotopsias, destellos en la visión que son motivo de consulta urgente", señala la especialista del Clínico San Carlos.

Tres son los aspectos importantes que deben quedar claros según señala la doctora Martell:

1. Toda mujer debe conocer su presión arterial y glucemia antes del embarazo pasando por las revisiones pertinentes.

2. Hay que tener especial cuidado con el aumento de peso en la gestación, no debe superarse el kilogramo al mes.

3. La mujer debe investigar entre sus familiares si se ha producido otro caso de hipertensión o preeclampsia durante el embarazo y avisar de ello a su ginecólogo.

Mayor riesgo de hipertensión en madre e hijo

El tratamiento preventivo y la terapia de la preeclampsia durante el embarazo incluyen además de la rutina de la toma de tensión, el control de la glucemia y cuando existe diabetes gestacional, que puede estar asociada a la preeclampsia, inyecciones de insulina, además de una dieta adecuada y fármacos antihipertensivos de larga trayectoria y muy probados en el embarazo en el caso de estado hipertensivo.

Tras el parto desaparece la hipertensión cuando es gestacional aunque las mujeres que han padecido preeclampsia en el embarazo tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión con la edad.

Si la preeclampsia es tardía los niños no suelen presentar complicaciones, no así si se trata de la forma temprana en la que nacen con bajo peso y muchos de ellos requieren de cuidados neonatales y a largo plazo tienen un mayor riesgo de sufrir hipertensión en la vida adulta.