Este lunes la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por su sigla en inglés), la agencia sobre cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertaba de un aumento del riesgo de cáncer por el consumo de carne roja y de carne procesada.

El informe, que está disponible 'on line' en 'The Lancet Oncology', tiene un apartado en el que hace una diferenciación sobre los tipos de carne y, asimismo, define lo que considera carne procesada, ya que hay que recordar que la carne roja también tiene un valor nutricional que no debe ser desechado de la dieta.

"La carne roja tiene un valor nutricional. Por lo tanto, estos resultados son importantes para permitir a los gobiernos y a las agencias reguladoras internacionales realizar evaluaciones de riesgo, a fin de balancear los riesgos y beneficios de consumir carne roja y carne procesada, y poder brindar las mejores recomendaciones dietéticas posibles", ha señalado el doctor Christopher Wild, director de la IARC.

La Agencia define como carne roja a todos los tipos de carne muscular de mamíferos, tales como la carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo o cabra; mientras, considera que es carne procesada la carne que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación.

La mayoría de las carnes procesadas contienen carne de cerdo o de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos tales como la sangre.

La agencia pone como ejemplo de carnes procesadas los perritos perros calientes, el jamón en lata, salchichas, carnes en conserva (corned beef), y cecina o carne seca, así como carne en lata, y las preparaciones y salsas a base de carne.