La parotiditis, conocidas popularmente como paperas, es una enfermedad vírica, aguda y extremadamente contagiosa que provoca la inflamación de las glándulas salivales y que provoca un dolor intenso.

La causa de las paperas es un virus que se transmite de una persona a otra a través de gotas de saliva que pueden ser expulsadas en la tos y los estornudos. Además, las paperas también pueden propagarse a través del contacto directo con la persona afectada y sus secreciones.

La parotiditis, aunque en general no reviste gravedad, también puede afectar a otros órganos, fundamentalmente los reproductivos, y con menos probabilidad al cerebro.

El especialista en Medicina Familiar y Comunitaria José María Molero, explica que los síntomas más frecuentes de las paperas, que aparecen a las tres semanas de la incubación, son malestar, fiebre, dolor de cuerpo y garganta o cansancio.

La mayoría de los afectados sufren inflamación de las glándulas salivales, pero también pueden padecerla en testículos y ovarios. Sin embargo, un tercio de los contagiados ni siquiera presentan síntomas.

Según el doctor Molero, los casos de esterilidad como consecuencia de las paperas son muy raros actualmente y son más frecuente en mujeres que en hombres.

Las paperas también pueden derivar en cefalitis, diagnosticada en uno de cada cinco mil casos, y en meningitis, en uno de entre mil y cinco mil casos, pero en ambos casos no suelen dejar secuelas.

El contagio de las paperas se produce mediante la saliva. La boca y la nariz son las "puertas de entrada" de esta enfermedad vírica.

La vacuna para la parotiditis, rubeola y sarampión es la triple vírica y es "muy eficaz, por encima del 95%", aclara el doctor Molero. En España, se administran dos dosis, una entre los doce y quince meses y otra entre los tres y seis años.

El especialista señala que la efectividad de la vacuna puede reducirse por dos motivos: el olvido de la segunda dosis y una cepa menos eficaz de los años 1995-1998, que ha provocado que en los últimos tres años haya aumentado la enfermedad en la franja de población en la que se administró la triple vírica en esa época.

No existe un tratamiento específico, ni un antivírico para tratar las paperas y, salvo complicaciones, se trata en casa. Se aplican analgésicos para la fiebre y debilidad, además de hidratación y reposo.

Durante diez o doce días se expulsa el virus a través de las vías respiratorias, por lo que es importante permanecer en el domicilio ese tiempo para evitar contagios.