Estamos viendo, en la actualidad, como la Medicina Complementaria y Alternativa (MAC) está llevando a cabo una transformación progresiva en el aumento de su actividad y divulgación de información relacionada con ella. Con estos datos podemos constatar el aumento del uso de la MAC a nivel mundial. A pesar de ello sigue existiendo un gran tópico con respecto a este tipo de propuestas que no pueden complementar como deberían, por este motivo, los tratamientos convencionales. Para entender mejor este tipo de Medicina y evitar el malentendido que se produce en la sociedad, hemos realizado un pequeño análisis para su fácil comprensión.

Uno de los primeros contratiempos que se nos presenta, sería la definición real de la Medicina Alternativa. Según el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM, siglas en inglés) considera la MAC como “el conjunto de diversos sistemas, prácticas y productos médicos y de atención de la salud, que no se consideran actualmente parte de la medicina convencional”. Comenta que si bien existen algunos datos científicos contundentes sobre las terapias de la medicina complementaria y alternativa, en general se trata de preguntas esenciales que aún deben responderse mediante estudios científicos bien diseñados.

Puede ser el caso de preguntas como por ejemplo, la seguridad y eficacia de estos medicamentos en relación a las enfermedades y condiciones médicas para las cuales se utilizan. La lista de lo que se considera medicina complementaria y alternativa cambia continuamente, ya que una vez se comprueba que una terapia determinada es eficaz e inocua, esta se incorpora al tratamiento convencional de la salud al igual que cuando surgen enfoques nuevos para la atención sanitaria. No hay que olvidar, que este tipo de terapias, como nos recuerda Fernando Álvarez de Frutos, Osteópata visceral integrativo, se llevan utilizando desde la prehistoria y que por lo tanto el término “Alternativas” he venido dado por la convicción de las personas en temas medicinales a la hora de confiar en unos tratamientos u otros.

Para cualquier dificultad psíquica como el estrés o la depresión, la medicina natural o los tratamientos alternativos como el Reiki, facilitan recuperación. Esta disciplina en concreto está considerada, según el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, como un método de transferencia de energía para facilitar el bienestar físico, emocional y espiritual de las personas, reequilibrando a todos los niveles. Es una aproximación a la autocuración natural. Utiliza el concepto de energía vital universal (Reiki) que, adecuadamente dirigida por un profesional, ya sea a distancia o colocando sus manos sobre una persona o cerca de ésta, tiene como objetivo mejorar el espíritu y, en consecuencia, el cuerpo. Las manos del terapeuta pueden transmitir energía vital al paciente con el fin de tratar problema mentales y emocionales, así como paliar o eliminar síntomas, molestias y curar enfermedades agudas o crónicas. Los beneficios más representativos que presenta el Reiki serían la armonización mental y espiritual, mejora el rendimiento de los órganos, relaja la mente, mejora nuestro estado de ánimo, aumenta la claridad mental, reduce las emociones depresivas o aumenta la concentración.

Según Luisa, presidenta de la Asociación de Reiki de Alicante: “no todos los tratamientos considerados convencionalmente como Medicina Alternativa lo son realmente, por ejemplo el caso del reiki que está considerado como Medicina Energética”. Para entenderlo mejor, Kenko Reiki&Terapias nos lo define como la energía universal, que se canaliza para la sanación del cuerpo, mente y alma, para conseguir el bienestar, siendo una disciplina física, espiritual y una terapia energética. Aunque si podríamos decir que es una práctica terapéutica alternativa, reconocida por la Organización Mundial de la Salud.

Este tipo de terapias estaban demostradas gracias a la física cuántica, ya que uno de sus principios fundamentales es que las partículas intercambian energía en múltiplos enteros de una cantidad mínima posible, el llamado quantum de energía. La búsqueda del equilibrio y la energía que nos hace estar en armonía con el entorno nos permite encontrar, gracias a este tipo de terapias, la salud.

Alguno de los problemas de este tipo de tratamientos, es que no afectan a todos de la misma forma, pero eso varía según el convencimiento que cada uno tenga de querer o no mejorar y aceptarlo.

De Frutos, comenta que la mayoría de pacientes que solicitan este tipo de servicios suelen ser mujeres ya que se rigen por las emociones y no tanto por la mente, como hacen los hombres. Además son personas que no han encontrado una solución a sus problemas tanto físicos como mentales en los tratamientos convencionales y que deciden buscar otras vías más “espirituales” para poder llegar a sanarse.

En el artículo “¿El reiki cura?” de la revista Quo, podemos observar como el neurólogo Francisco Barnosell especifica que cada vez le piden un modelo de salud menos biológico, que tenga también en cuenta la mente. En este caso, el reiki o la osteopatía pueden ser una buena opción. No hay que olvidar en la Medicina Natural, que en lo que se centra principalmente no es en curar el problema, sino en la corrección del estilo de vida del paciente.

En 2009, la Asociación de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (Cofenat) admitieron para la misma revista que regular la formación es lo primero, porque abrir una clínica de terapias alternativas es hoy: “Tan fácil como ir a tu ayuntamiento y pedir una licencia de local parasanitario”. Y aunque en su asociación se vigila qué estudios ha cursado cada terapeuta (“exigimos anatomía, fisiología…”), son los primeros interesados en que la ley establezca planes de estudio, titulaciones oficiales y normas para la práctica profesional.