A pesar de la absoluta falta de base científica que avale el uso de las denominadas dietas desintoxicantes, con el cambio de estación y de ropa cada primavera alguna que otra famosa posa en el 'photocall' de campañas de comunicación de empresas que se enriquecen a costa de un supuesto efecto saludable.

Según explica a Infosalus Eva Rodríguez, nutricionista del Hospital Delfos de Barcelona y colaboradora de 'smartsalus.com', en la mayoría de los casos después de desembolsar una importante suma económica lo más que aportan estos productos es un efecto placebo derivado del control de quienes lo toman sobre su propio cuerpo.

Las denominadas dietas 'detox' apuntan a la existencia de toxinas en el organismo que según Rodríguez no existen, ya que si el objetivo es reducir peso, la grasa no se puede considerar un tóxico. Los únicos productos tóxicos presentes de forma más común en el organismo pueden ser los derivados del alcohol, del tabaco o de otras drogas y los tratamientos dirigidos a combatirlos pasan por dejar el hábito y por terapias clínicas.

Estas dietas suelen tener como denominador común el uso de un producto exclusivo como complemento de la alimentación o sustitutivo de la dieta por periodos cortos de tiempo. Por regla general, señala Rodríguez, suelen seguirlas personas saludables y al ser de corta duración no suelen tener repercusiones graves en la salud. Sin embargo, su uso no está exento de riesgos ya que al ser dietas extremadamente desequilibradas pueden ocasionar problemas de cansancio, debilidad, apatía, dolores de cabeza, estreñimiento o ataques de gota.

Rodríguez apunta que estas actuaciones buscan contentar a quienes intentan conseguir los máximos resultados con el mínimo esfuerzo. "Esto dietéticamente no existe", concluye la nutricionista que advierte del efecto rebote que lleva al posterior aumento de peso tras dejar la dieta.

Señas de identidad peligrosas

La doctora Rodríguez apunta a Infosalus las características de estas dietas que deben hacer desconfiar a los consumidores y permiten identificar sus cualidades más dañinas:

1. Extremadamente desequilibradas: el uso de un único tipo de alimento en la dieta produce tal desequilibrio en el organismo que sólo el hecho de que son de corta duración protege al organismo de sufrir graves perjuicios en la salud. El equilibrio en los nutrientes de la dieta es la única llave a un mejor funcionamiento del cuerpo.

2. Tienen una duración muy reducida: las actuaciones sobre la alimentación sólo pueden tener un efecto saludable si tienen una duración amplia y de mantenimiento. Los cambios en el organismo deben llevarse a cabo de forma progresiva para evitar el efecto rebote que conllevan las dietas extremas que promueven un aumento rápido del peso cuando terminan.

3. Los atracones no se pueden compensar: cuando en épocas como las navideñas o las vacaciones se consumen demasiado alcohol o alimentos o se sucumbe ante un atracón no se puede compensar este consumo exagerado al día siguiente o los días posteriores dejando de comer o realizando mucho ejercicio físico. La única opción es volver a la dieta equilibrada y evitar estas exageraciones siempre que sea posible.

3. Suponen un importante desembolso económico: el único éxito que reportan es para sus creadores y se basa en lo elevado de los costes de seguir estos tratamiento.

4. Desconfiar de términos como 'natural' en los mensajes publicitarios: algo natural no es en sí saludable, también son naturales el veneno del escorpión o algunos tipos de setas tóxicas. Los promotores de estas dietas se amparan en el uso de algunos tipos de verduras o hierbas para añadir el apellido 'natural' a los principios en los que se basan.

5. Estas dietas no disminuyen los riesgos cardiovasculares ni mejoran en términos generales la salud ni la calidad de vida: una dieta equilibrada y continuada en el tiempo sí consigue todos los efectos saludables que se persiguen, como reducir el peso, la presión sanguínea o la calidad del sueño.

6. En muchas dietas depurativas intervienen diuréticos: esto promueve que quienes las siguen orinen mucho, lo que fomenta la falsa creencia de que desintoxican y adelgazan. Como señala Rodríguez cuando se orina o se suda mucho lo que sale del cuerpo es agua y no grasa.