Enrique de la Peña es un médico recién jubilado de la sanidad pública donde ejerció durante 37 años. Una veintena de ellos dedicado al estudio y ratamiento de la escoliosis. Un hombre amable, divertido, buena gente y buen cocinero, son algunos de los calificativos que sus ex compañeros facultativos del Complejo Universitario Insular Materno Infantil le dedican. Todos ellos aplauden su pundonor y su honestidad, y se congratulan de haber sido internos suyos en este hospital.

-¿Qué cambios se han producido en su especialidad, don Enrique de la Peña Naranjo, durante todos estos años?

-Mi campo de trabajo ha sido la espalda, o la escoliosis más concretamente. Los aspectos en que más ha avanzado esta área sobre todo están relacionados con las terapias quirúrgicas. Se ha pasado de la época primera de una operación de columna o raquis, que era un auténtico calvario para el paciente, a las de ahora en las que el menor, por lo general a los dos días, ya está de pie. Antiguamente, tenían que estar con un yeso durante seis meses, tumbado en la cama. He vivido cómo se han mejorado las intervenciones y las técnicas.

-¿Han sido para mejor estos adelantos?

-Por supuesto. Antes, una columna con escoliosis severa la recuperación era larga, ardua e intensa. Ahora, los niños desde que lo considere su médico pueden retornar a su vida familiar casi enseguida después de ser operado.

-¿Qué es la escoliosis?

-Se habla de escoliosis cuando existe una desviación lateral de la columna vertebral de más de diez grados. Aunque para ser más exactos, la escoliosis verdadera es una deformidad de la columna. Es una enfermedad que aparece durante la preadolescencia y se padece durante toda la vida. Se mejora, pero no se cura. La mayoría de los casos se detectan a partir de los diez años, cuando el niño entra en la adolescencia; supone el 89% de esta patología.

-¿Por qué es mayoritaria esta franja de edad, no hay una detección temprana de la patología?

-No siempre, en muchas ocasiones no se le detecta porque no la padecía, no se nace con escoliosis. Sí que existen casos de esta patología que son congénitas, causadas por vértebras mal formadas, en cuña, que no se han desarrollado de manera correcta durante la gestación del niño. Estas suelen ser raras y no habituales. Para hablar propiamente de escoliosis el joven tiene que tener una desviación de más de diez grados en la columna, según el método Cobbs. La prevalencia de esta curvatura es no más del 3% y se da más en niños que en niñas. En cambio, las curvas más agresivas de entre 20 y 30 grados son del 1 al 3 por mil, o sea en proporción de un niño por ocho niñas.

-¿A qué se debe esta extrema diferencia?

-La causa primordial es que son escoliosis idiopáticas, que desconocemos la causa exacta; se baraja que las niñas se desarrollan en ocasiones de manera más rápida que el niño. Y que en algunas viene con la genética, y se deduce que tienen un gen que provoca esta patología. Ahora se estudia la melatonina porque hay estudios que señalan que durante las horas de sueño estas personas producen menos que la población normal. Pero insisto, el 80 por ciento de la causa de esta enfermedad es idiopática.

-¿La escoliosis es una dolencia fácil de corregir?

-No, se puede intentar, pero no se corrige del todo. Lo importante y vital es la detección precoz, como en todos los campos de la medicina. Existe lo que se llama la consulta del paciente sano, que cita a determinadas edades a los jóvenes y en estas visitas se les realiza un chequeo, en el que está incluido el análisis de las alteraciones del raquis. Y luego, estos médicos remiten al niño al especialista para que le haga un seguimiento.

-¿Una vez detectan al joven con escoliosis, qué proceso sigue?

-Se le valora y se le hace un seguimiento durante su crecimiento. Cada cierto tiempo, dependiendo de la edad evolutiva en que esté, se le cita para comprobar su estado. El motivo del mismo es que cuando más empeora la enfermedad es durante la etapa del crecimiento rápido de tronco, que coincide con la pubertad.

-¿Empeora mucho la patología entre una revisión y la siguiente?

-Se considera una evolución negativa si entre una exploración a la siguiente aumenta cinco grados la desviación. Por ejemplo, si presenta 15 grados en la primera y en la segunda se detecta 20 ó 21, es que la escoliosis va por mal camino. Si la patología va a más, se le añade un corsé. Si, al final, sigue a más la enfermedad es cuando se recurre a la cirugía.

-Si se sigue todo el proceso, ¿por qué no se logra controlar la escoliosis?

-Se desconoce, el cuerpo a pesar de los avances sigue sorprendiendo. El 0,1% de los pacientes con curva, terminan en operación. Por lo tanto, no son tantos los que se operan.

-¿A pesar de los avances, aún se usa el corsé Milwakee, tan conocido por haber sido pintado y usado por Frida Khalo?

-Porque seguramente es el mejor corsé de todos los tiempos, el princess de los corsés. Sin embargo, presenta dos problemas: que crea dorsos planos y que la espalda pierda su curva natural.

-Que los niños en la actualidad sean más sedentarios, ¿incide a la hora de desarrollar esta patología?

El problema no es que sea más o menos sedentario, sino que adoptan peores posturas a la hora de sentarse, algunas inverosímiles. Suelen sentarse colocando el pie encogido bajo el pompis, se desequilibra la pelvis, que no está sobre una superficie lisa y los glúteos están inclinados. Esto también desequilibra e inclina la columna, y el estar equis horas en dicha postura les provoca problemas.