Los alimentos nos condicionan hasta puntos insospechados; tanto que si nos faltan ciertas vitaminas no ponemos más tristes, o cansados, o de mal humor.

El truco como siempre está en el equilibrio, pero el problema es que hay alimentos que trastocan el buen balance que debemos llevar y nos ponen mal cuerpo ¿cuáles son?

Para empezar los alimentos muy ricos en azúcares provocan desequilibrio en la glucosa de nuestra sangre; esto nos crea cansancio y a la vez más ganas de comer azúcares.

Lo alimentos difíciles de digerir también son malos, hay que evitarlos lo máximo posible. Por ejemplo las carnes rojas, que permanecen mucho en el intestino y generan muchas toxinas y por lo tanto dolor de cabeza (además de pesadez).

Lo que la gente no se para a pensar muchas veces es en los hidratos de carbono por una mala información: no es bueno eliminarlo de la dieta sin miramientos porque son el principal origen de la glucosa en sangre, un combustible básico para el organismo diariamente aunque eso sí, hay que ir disminuyendo la cantidad desde el desayuno hasta la cena.

Para el mediodía son ideales los alimentos fríos combinados con elementos de cada agrupo como proteínas y hidratos de carbono acompañados por algo con grasa (frutos secos, una salas ligera de pepino, etc). Jugar con los colores en la comida llena de optimismo.

La vitamina B12 es vital para alcanzar la lucidez; los nervios y la memoria dependen de ella. ¿Y para la tristeza? Los alimentos ricos en triptofano (leches, huevos, frutos secos) son claves para el humor y el estado mental.

Para la cena es muy recomendable ingerir alimentos ricos en fibra y bajos en grasa, es decir, vegetales, frutas, caldos, ensaladas... la leche además ayuda a dormirse.