¿Sabía usted que los mosquitos que pican son siempre las hembras? ¿O que los olores fuertes, ya sean corporales o fragancias artificiales, les atraen? Estas y otras dudas sobre este molesto díptero que cada verano nos desvela, nos irrita y nos pica durante nuestras vigilias son resueltas por la doctora Aurora Garre, una médico de cabecera que asesora a una casa farmacéutica especializada en productos repelentes y calmantes para las molestas picaduras.

La doctora Garre explica el por qué son las hembras las únicas de la especie que pican. "Son ellas las que necesitan las proteínas presentes en nuestra sangre para poder completar la maduración de sus huevos", aclara la especialista, que añade que pese a que los mosquitos chupan la sangre de muchas especies animales, en realidad sus preferencias pasan por la de los mamíferos, en especial la de los seres humanos. Y el motivo es tan obvio como simple: la piel de los humanos es más fina que la de cualquier otro animal, y así las venas son mucho más asequibles a sus largas trompas. ¿Y cómo nos pican? Los aparatos picadores-chupadores de los mosquitos constan de dos partes, una trompa para absorber la sangre y unas pequeñas mandíbulas situadas al final de ella con las que perforan la piel y acceden a algún vaso sanguíneo del que alimentarse.

Otro aspecto bastante ignorado y curioso es la causa por la que las picaduras duelen y escuecen. En nuestra sangre hay un componente denominado plaqueta que actúa como salvaguarda ante una herida, coagulando y solidificando la sangre. Pues bien, el mosquito, para evitar esa coagulación que acabaría con su alimento, inocula con su saliva un potente anticoagulante en nuestro torrente sanguíneo. Este agente extraño es detectado inmediatamente por nuestro sistema inmunitario, que lo ataca produciendo los conocidos síntomas de inflamación e irritación que todo el que haya sufrido una picadura de mosquito ha experimentado.

Fuera de nuestras fronteras y de las de los países del llamado primer mundo, hay que ser precavidos a la hora de viajar. En muchas zonas subdesarrolladas del planeta los mosquitos son vectores (transmisores) de problemáticas enfermedades como la malaria o el dengue, entre otras. La doctora Garre aconseja informarse bien en la web de Sanidad Exterior para saber qué tratamientos profilácticos seguir antes de viajar a esas zonas y valorar el riesgo-beneficio de seguirlos o no. Hay mucha gente que no tolera los efectos secundarios de una medicación bastante potente y opta por usar repelentes de mosquitos y rezar porque funcionen.

"A nivel de repelentes, la dietiltoluamida (DEET) es el más eficaz, lleva más de cien años en el mercado y su acción está suficientemente contrastada. Solo es necesario aplicarse el producto cada cuatro o seis horas y tener en cuenta que, en contacto con el plástico, lo destruye", ilustra la especialista, que añade que también hay comercializado otro repelente, el IR3535 que es más recomendable para los niños a partir de los dos años, ya que su toxicidad es más baja y evita percances por ingestiones accidentales. Respecto a los repelentes naturales, Garre cita las hojas de té verde, la albahaca o la citronella, pero no las defiende con entusiasmo. "Los repele, sí, pero no evita su entrada de la misma manera que una barrera física como una mosquitera", concluye.