El estrés aumenta el consumo de comida rápida

La investigación asocia además niveles altos de estrés laboral con menos actividad física y el hábito de comer mientras se realiza otra tarea.

Y hace hincapié en que el estrés sufrido en el puesto de trabajo "va unido a una serie de malos hábitos alimenticios, ya que se reduce la ingesta de agua y las comidas se hacen a deshoras y de forma poco equilibrada, pues se comen menos alimentos ricos en fibra y se aumenta el consumo de comida rápida, rica en grasas saturadas".

Así lo ha explicado Jesús Román, presidente del comité científico de SEDCA, quien ha considerado que estos malos hábitos alimenticios, así como las situaciones agobiantes que se pueden vivir en el puesto de trabajo, "provocan una alteración de los movimientos peristálticos del intestino producido por una reducción del aporte sanguíneo al tracto intestinal".

"Cuando esos movimientos se ralentizan, se produce estreñimiento", según el especialista, que ha incidido en que el estrés también provoca que "al tener menos tiempo, se retrase el momento de la defecación".

Para hacer frente a estos problemas, el Foro de Regulación Intestinal recomienda aumentar la ingesta de líquidos, sobre todo agua, realizar una alimentación equilibrada rica en fibra y practicar ejercicio físico.

También subraya la necesidad de tener una disciplina de horarios, comer cuando se debe y no tomarlo como un esfuerzo.

En el caso de que esto no funcione, se puede recurrir de forma transitoria a preparados farmacéuticos de origen vegetal, basados en plantas como el fucus, la cáscara sagrada o la frángula.

El 58% de los trabajadores españoles afirman haber sufrido un incremento del nivel de estrés laboral durante la crisis financiera, según la encuesta Regus Business Tracker, que recuerda SEDCA.