La subida del IVA incrementará el coste de la cesta de la compra en unos 2.200 euros anuales a las personas celíacas, que tienen intolerancia al gluten y deben seguir una alimentación especial. Los productos que se ven obligados a consumir tienen un precio mucho más elevado de lo habitual y, además, quedan fuera del tipo impositivo reducido del 4% que sí tienen los alimentos básicos. De esta forma, a partir del próximo 1 de septiembre se encarecerán aún más de manera inevitable, lo que puede tener importantes consecuencias económicas para las familias afectadas.

Los alimentos sin gluten cuestan en torno a cuatro veces más que los que sí lo tienen, aunque en algunos casos el precio se multiplica por seis, según el cálculo elaborado por la Federación de Asociaciones Celíacas de España. La vicepresidenta de la organización en la Comunidad Valenciana y delegada en la provincia de Alicante, María Ángeles Sánchez, explica que hasta ahora la diferencia del coste había sido de alrededor de 1.800 euros anuales. Al mayor precio de los productos –más elaborados y, sobre todo, con una demanda mucho menor– se añadía un tipo impositivo más elevado, del 8%. En septiembre, estos alimentos pasarán a tener un IVA del 10%, con la consiguiente repercusión en el precio.

Dada la prevalencia de la celiaquía, con aproximadamente un caso por cada 90 nacimientos, unas 21.500 personas pueden padecer esta enfermedad en la provincia. La Asociación de Celíacos alicantina cuenta con más de 1.500 familias inscritas, muchas de las cuales tienen más de un miembro alérgico al gluten. En el conjunto de la Comunidad, el número de asociados –igualmente en forma de núcleo familiar– supera los 3.400, según explica su vicepresidenta. Para todos ellos, algo tan aparentemente sencillo como hacer la compra se convierte en una estrategia financiera, y en casi un reto si se plantean comer fuera de casa en alguna ocasión.

Sánchez lamenta que, en estas circunstancias económicas tan complicadas, «muchas familias están teniendo importantes problemas» para algo tan básico como alimentarse. La federación estatal de celíacos ha instado a las autoridades a incluir los productos sin gluten en el IVA superreducido del 4%, pero hasta el momento no lo ha conseguido. «Falta mucha concienciación social, pública y, sobre todo, política», recalca la responsable del colectivo en Alicante. Admite que la situación ha mejorado de forma notable en los últimos años, gracias a la mayor visibilidad social de la enfermedad y la mayor variedad de alimentos especiales en el mercado. Aún así, esos productos «son caros porque no hay mucha demanda», con el lógico problema para los afectados. Sobre todo, para las familias en las que existen varios alérgicos al gluten.

La vicepresidenta de la asociación alicantina echa también de menos una mayor presión por parte de estamentos como el sanitario o el farmacéutico. A su juicio, esto podría contribuir a hacer más fuerza en su reivindicación de moderar los precios de los productos. Sin embargo, argumenta que «parece que no interesamos, porque no consumimos medicamentos, sino alimentos».

Un problema agravado en trastornos con menos casos y más necesidades

La celiaquía es uno de los trastornos del metabolismo más frecuentes y extendidos, cuyos afectados padecen el agravio del mayor precio de los alimentos que están obligados a consumir. Pero el problema, extendido al resto de intolerancias alimentarias, se agrava a medida que la patología es menos común. Puede darse el caso de que la persona afectada tenga que alimentarse con productos muy específicos, con una demanda tan escasa que su precio se dispara y, además, resultan difíciles de conseguir debido a que no suelen distribuirse a las principales cadenas comerciales.

Un ejemplo de ello es la fenilcetonuria –conocida también por sus siglas en inglés, PKU–, consistente en la interrupción de la vía de metabolización de las proteínas. Esto hace que los afectados rechacen este nutriente en exceso. Su frecuencia se reduce a un caso por cada 13.000 nacimientos, por lo que en la provincia de Alicante apenas puede haber 150 afectados. Pablo Carreño, médico y responsable de Hipoproten PKU, portal de distribución de alimentación específica con sede en Ibi, señala que estas personas deben llevar un «control estricto» de la dieta, porque, de lo contrario, «la proteína se les acumula en sangre y eso es tóxico». Dada la presencia de las proteínas en la práctica totalidad de los alimentos, deben recurrir a productos especiales. A partir de septiembre, también ellos verán incrementado el IVA al 10%.

Carreño hace hincapié en la «poca oferta y accesibilidad» de estos alimentos, con el añadido de «un precio muy caro». No obstante, recalca que el coste es tan sólo «el primer agravio», ya que, si los productos se gravan con un tipo impositivo mayor, «se endurece el problema». Al respecto, incide en que «se trata de una necesida básica y no un lujo», ya que estas personas no tienen más remedio que recurrir a esta alimentación. Por ello, manifiesta también su «incomprensión» acerca de que no se aplique aquí un IVA del 4%.