Cada día son más los pacientes que acuden a las clínicas dentales ya no solo con el fin de conservar o restablecer la salud oral, sino también para mejorar la estética de su sonrisa. Son muchos los factores que pueden romper la armonía de ésta, siendo los más comunes y evidentes el apiñamiento o mal posición dental, las alteraciones del color de los dientes, las alteraciones morfológicas o anatómicas y de los tejidos blandos y la pérdida de piezas en el sector anterior de la dentadura.

Si bien existen tratamientos previos diversos para todas estas alteraciones, en muchas ocasiones el tratamiento final pasará por la colocación de una corona -funda que envuelve un diente- o varias fundas unidas-. El propósito en ambos casos es restablecer la sonrisa del paciente mimetizando los dientes naturales y sin poner de manifiesto los tratamientos dentales que se han realizado para conseguirlo.

De aquí la evolución y aparición en los últimos años de nuevos materiales utilizados para confeccionar las coronas. Hemos pasado de las coronas iniciales confeccionadas completamente de metal (oro u otras aleaciones metálicas) que evidenciaban la presencia de una restauración dental, a las coronas con un núcleo metálico recubiertas de cerámica.

Este recubrimiento cerámico envuelve el casquillo metálico interno reproduciendo la forma y el color del diente natural, obteniendo resultados mucho más estéticos. Pero aún así, el hecho de seguir llevando metal, aunque sea internamente, no nos deja conseguir un resultado estético óptimo, pues el metal con su color grisáceo da una sensación de opacidad no propia de los dientes naturales, que son mucho más traslúcidos.

Además, con el paso del tiempo, si la encía sufre una pequeña recesión, revelará una antiestética línea gris que pertenece al borde de la corona. Así pues, actualmente hemos dado un paso más y disponemos de las coronas de porcelana, libres de casquillo metálico, dentro de las cuales podemos encontrar diferentes tipos, siendo unas u otras de elección según cada caso y paciente.

Cerámicas feldespáticas. Otorgan unos excelentes resultados estéticos y se usan principalmente para la elaboración de carillas sobre dientes anteriores, puesto que no cumplen los requisitos de resistencia necesarios para poder usarlas en dientes posteriores o para confeccionar coronas o puentes.

Cerámicas aluminosas. Incluyen en su composición óxido de aluminio, gracias a lo cual tienen el doble de resistencia que las feldespáticas, pero a costa de aumentar la opacidad de la cerámica. Se emplean, por tanto, para confeccionar un núcleo interno muy resistente, que a diferencia de las coronas ceramometálicas es de color blanco y va recubierto con capas de cerámica feldespática que van dando la forma apropiada a la corona. Podemos confeccionar coronas unitarias resistentes además de estéticas, o incluso puentes de hasta tres piezas.

Cerámicas zirconiosas. El material que se incluye en su composición es el óxido de zirconio, alcanzando una resistencia tal que se le ha denominado "el acero cerámico".

En este caso, la opacidad también es elevada, por lo que igualmente se emplean para el núcleo blanco de la corona y se revisten con cerámica feldespática. La ventaja en este caso es que nos permite realizar puentes de mayor número de piezas que en el caso de las cerámicas aluminosas por tratarse de un material de mayor resistencia.

Estos materiales, no solo consiguen una mejora estética, si no una mayor biocompatibilidad con los tejidos blandos, a los cuales no debemos restarles importancia, pues deben encontrarse en buenas condiciones de salud para conseguir un óptimo resultado. Si no se obtiene una buena adaptación de la corona la encía puede inflamarse y aparecer con un aspecto engrosado y violáceo, lejos de la imagen sonrosada de salud gingival. Por ello, los sistemas de confección de prótesis fijas son cada vez mejores, intentando conseguir el máximo ajuste y adaptación, como es, por ejemplo, el sistema CAD/ CAM (diseño y manufactura asistida por ordenador) que mediante un software informático es capaz de diseñar y confeccionar la corona o puente dental, sobre un modelo previamente escaneado.