Uno de cada seis cánceres, un total de dos millones al año en todo el mundo, está causado por infecciones que son tratables o prevenibles, según un estudio que publica hoy la revista médica británica "The Lancet Infectious Diseases".

Un equipo de investigadores de la International Agency for Research on Cancer (Lyon, Francia) analizó la incidencia de 27 tipos de cánceres en 184 países y halló que existen cuatro infecciones principales que provocaron la aparición de esos tumores.

Según los resultados de su estudio, de los 7,5 millones de fallecimientos por cáncer que tuvieron lugar en 2008, alrededor de 1,5 millones estaba provocado por infecciones prevenibles o tratables.

Los virus de la hepatitis B y C, del papiloma humano, y la bacteria Helicobacter pylori -que infecta la mucosa del estómago y provoca úlceras- fueron responsables de 1,9 millones de casos de cáncer de cuello uterino, intestino e hígado.

El investigador Martyn Plummer, que lidera el estudio, resaltó la importancia que tendrá en el futuro la prevención de estos virus para evitar el cáncer.

"Las infecciones causadas por algunos virus, bacterias y parásitos son algunas de las causas de cáncer más importantes y prevenibles del mundo", explicó Plummer.

En este sentido, Plummer recordó que ya existen vacunas para los virus de la hepatitis B y del papiloma humano y que la bacteria Helicobacter pylori, relacionada con tumores en el intestino, puede eliminarse con antibióticos.

El investigador defendió además que es necesario difundir la concepción del cáncer como una enfermedad transmisible.

La mayoría de los casos de cáncer relacionados con una infección se contabilizaron en países en vías de desarrollo, como el sudeste asiático, donde se registraron el 22,9 por ciento de los casos en comparación con el 7,4 por ciento de Reino Unido.

Casi un tercio de los pacientes estudiados tenían menos de 50 años.

Entre las mujeres, el de cuello uterino supuso la mitad del total de cánceres vinculados a una infección, mientras que entre los hombres, los cánceres provocados por una infección afectaron principalmente al hígado, estómago y colon.