Con la llegada del buen tiempo, es imposible no sucumbir a los cantos de sirena que entonan los diferentes tipos de sandalias desde los escaparates de las tiendas. Sin embargo, con el calor y la humedad, la mayoría de las veces, se ve frustrada nuestra ilusión inicial para dar paso al deseo acuciante de necesitar unas tiritas en los puntos donde han surgido rozaduras.

¿Seguro que no hay otra forma de lucir estas fantásticas sandalias sin sentir que poco a poco vas perdiendo la sensibilidad de los dedos del pie? Desde ´Made in Me´ nos ofrecen unos valiosísimos consejos para salir airosos cuando apostamos por un calzado más especial.

1. Hidrata bien tus pies durante todo el verano. La mejor forma de prevenir rozaduras es aplicar diariamente una crema hidratante ligera en los pies: tanto en la planta, como en el talón y el empeine. De esta forma, estaremos preparando la piel de la zona para que se vuelva más elástica y resistente. Con esta práctica también evitarás las antiestéticas grietas que se forman en los talones.

2. Muchas veces son las costuras de los zapatos lo que nos provoca las rozaduras. En este caso, no dudes en aplicar crema hidratante sobre las mismas, días antes de ir a ponértelos, para así, ir reblandeciéndolas y haciéndolas más suaves, siempre y cuando el zapato sea de piel.

3. Como más vale prevenir que curar, prepara aquéllas zonas del pie donde creas que el zapato puede incidir con mayor presión. Aplica sobre ellas vaselina, tres o cuatro días antes del momento en el que tengas previsto ponértelos.

4. En caso de no haber podido preparar los pies con antelación siempre podemos probar con trucos caseros. Mete los zapatos en una bolsa de plástico e introdúcelos en el congelador durante dos horas. Nada más sacarlos, aprovecha la humedad adquirida y póntelos para adaptarlos a tu horma.

5. También puedes probar a rociar con alcohol un papel de periódico e introducirlo dentro del zapato. El resultado te sorprenderá.

6. Si el zapato en cuestión es de puntera cerrada, siempre puedes optar por llevar unos ´pinkies´ que te protejan de los roces.

7. Ponte los zapatos Así irán cogiendo la forma de tu pie. También puedes hacerlo con calcetines, para darlo de sí y acelerar el proceso de adaptación de los mismos.

8. Las plantillas de silicona pueden ayudar a evitar la formación de rozaduras en la planta del pie, sin embargo, la zona del talón y la de los dedos, queda desprotegida.

9. Por último, podemos recurrir a los sprays especiales que nos ofrecen en algunas zapaterías, e incluso en farmacias, para ablandar el interior de los zapatos y adaptarlos a cada pie. Para obtener un mejor resultado, se recomienda caminar durante media hora con calcetines y el zapato en cuestión, tras la aplicación de spray.