Su nombre original, en inglés, "trench", hace referencia a las trincheras (trech). En 1879, Thomas Burberry ideó un material nuevo, ligero, capaz de repeler la lluvia. Hasta entonces, los tejidos se enceraban, lo que los hacía muy pesados. En 1823 Charles Macintosh ya lo había intentado con una tela a base de retales unidos por caucho.

Pero fue Burberry quien ideó la actual gabardina, a base de hilos tejidos en una compacta construcción de sarga con más de cien hebras intercaladas por centímetro, el "tielocken". Tupida, pero ligera. En 1901 le propone al ministerio de Guerra un impermeable militar. Eduardo VII lo incorporó al uniforme oficial.

Durante la Primera Guerra mundial lo vestían los oficiales que debían pasar largas temporadas en las trincheras soportando condiciones meteorológicas extremas. Se añadieron hombreras para identificar el rango de los oficiales, la solapa se abotonaba al pecho como medida de protección y se incorporó un escudo de lluvia que cubría la parte superior de la espalda. También un cinturón del propio tejido a la cintura, así como anillas en forma de d para transportar munición. Los mandos empezaron a popularizar el uso de la gabardina llevándola también cuando estaban fuera de servicio. Luego les imitaron sus esposas.

Pronto, de la mano del cine clásico de Hollywood y sus estrellas, quedó atrás su origen bélico para convertirse en símbolo de glamour. Y desde entonces pasó a ocupar un espacio fijo en el mundo de la moda.

Aunque puede utilizarse (y se utiliza) todo el año, la primavera y el otoño, con las finas lluvias y las temperaturas suaves, son su temporada estrella. Para la casa Burberry (con sus características propias, muchas de ellas todavía las originales de los días de guerra) continúa siendo el icono. Incluso le ha creado un sitio propio en internet ´art of the trench´ donde se comparten novedades y fotos. Pero hoy prácticamente no hay diseñador en el mundo que no la incluya en sus colecciones. Unisex, versátil, práctica, se fabrica en todo tipo de colores (la paleta se ha abierto hasta el infinito a partir de los originales kaki o beige), materiales, largos, variaciones y precios.

Un siglo después, se ha convertido en un indispensable del fondo de armario y uno de los básicos preferidos no sólo por los británicos (donde la lluvia es más habitual) también por los españoles. En las pasarelas para presentar las colecciones de esta primavera-verano ocuparon un lugar de honor en los desfiles de Dior, Hermés o Salvatore Ferragamo. Pero también pudieron verse en Cibeles, 080 Barcelona o Valencia Fashion Week. La princesa Letizia las usa con frecuencia y, en la inauguración de la última edición de arco en septiembre, lució un llamativo vestido- trench en color camel firmado por su diseñador de cabecera, Felipe Varela.