Los tonos pastel que parecen inspirados en dulces como los macarons parisinos o los cupcakes son la carta de presentación de la primavera en las manos. Antes de la explosión veraniega de color (con los vibrantes azules, rojo y naranja como protagonistas) prefieren una relativa discreción acorde con el rejuvenecedor maquillaje natural que triunfa esta temporada.

Las gamas que van del beige al rosa se gradúan en intensidad, aunque uno de los tonos más de moda, y muy elegante, es el blanco, una buena opción, además, para novias modernas. Su alianza con el negro matiza las locuras gráficas del nail art sin perder fantasía y manteniendo su gusto por el ingenio y el divertimento con dibujos, aplicaciones y degradados. Otra forma de expresión de las manos que buscan diferenciarse es la manicura francesa a la inversa; es decir, contrastando colores intensos, con la media luna muy marcada y acabando la uña con el tono más oscuro.

La alternativa eco

Las fórmulas de los esmaltes van evolucionando hacia propuestas más naturales. "Muchas mujeres sufren reacciones alérgicas en la piel o cuando se tocan los ojos sin saber que se debe a su laca de uñas", explica Janet Pardo, vicepresidenta de desarrollo de productos de Clinique. La firma de cosmética estrenó el año pasado unas lacas de uñas que tienen en cuenta las pieles y los ojos sensibles, que esta primavera se declinan en tonos nude.

Las embarazadas no toleran bien según qué esmaltes y por esa razón marcas como Deborah Lippman, Organic Balm, Santé, Nail Girls o Butter London eliminan en sus productos ingredientes químicos como el tolueno, el DBT, (dibutil fltalato, un plastificante), el alcanfor o los formaldehídos, responsables, entre otras cosas, de que esté prohibido pintarse las uñas en un avión, aunque la laca se lleve en un envase pequeño. Las de Kure Bazaar contienen un 85% de ingredientes naturales que provienen del maíz, la patata, el trigo, el algodón o la pulpa de madera. La fiebre eco llega también a la manicura y la pedicura de los centros profesionales, con opciones que utilizan productos naturales a lo largo de todo el proceso.

Los ofrecen en Divina Vanidad (www.divinavanidad.es), Escape (www.escapemadrid.es) y Sundara (www.sundaradepidónlacionconhilo.com).

La manicura en casa

"El primer paso es eliminar por completo cualquier resto de esmalte, suciedad o grasa con un buen desmaquillante de uñas", explica Milla Zeru, especialista de Bourjois. Después, hay que igualar las uñas con la lima y darles forma ovalada o cuadrada, según los gustos. Si se utiliza una de fibra de vidrio, hay que empezar por el lado de grano grueso y perfilar con el más fino. Para un acabado suave y sin aristas, van muy bien las de vidrio templado. "Los movimientos de la lima han de ser siempre en la misma dirección", recomiendan los expertos de Beter.

A continuación, "se prepara una mezcla de agua tibia, jabón y aceite de oliva o de argán en la que se sumergen los dedos dos o tres minutos. Se secan y se retiran las cutículas con un palito de naranjo", apunta Zeru. Aplicar una crema o aceite para las cutículas con un suave masaje y dejarlo actuar un minuto facilita la tarea. No es recomendable cortarlas en casa; ese paso, cuando es necesario, mejor dejarlo para los profesionales.

Con las manos bien secas, se aplica una primera capa de esmalte base de tratamiento, que puede ser endurecedora o protectora, dos capas de color y una fi nal de laca de acabado o top coat. Es importante no aplicar directamente el color: la base ayuda a que el esmalte se adhiera mejor y dure más y protege las uñas de los pigmentos para que no amarilleen ni se deshidraten. Para eliminar cualquier rastro de color que se haya salido de los bordes se recomienda usar un palito de naranjo, con la punta cubierta con un poco de algodón impregnado en quitaesmalte de uñas.